En cuanto pase Fitur, que ahora están muy ocupados, los alcaldes y candidatos socialistas andaluces para las municipales tendrán que ponerse a pensar y a inquirirse: ¿me conviene Susana Díaz?

Hay contactos y reuniones. Algo se mueve. Ayer la dirección regional se apresuró a sacar a escena a la responsable de política municipal de la ejecutiva regional, María Jesús Serrano, que dijo que los alcaldes están «encantados» con Díaz y su presencia, dado que «Susana siempre suma». Je. Otros sin embargo opinan que Susana se ha quitado de sumar. Se le podría replicar: suma menos si tiene que sumar una mayoría parlamentaria. Suma si hace una campaña efectiva y no una campaña hablando todo el puro día de Vox, consiguiendo movilizar a la derecha más derecha.

No es bueno Fitur para los intereses de Díaz, dado que hay ocasiones múltiples para que portavoces, concejales, ediles, etc. tomen una copichuela o dos o un cafetazo y unos churros madrileños. Pero las conspiraciones no están solo en el foro, en la villa y corte, también aquí abajo en Andalucía. Los díscolos, sanchistas, agraviados por Susana y otras familias del socialismo no van a estarse quietos. Susana Díaz sigue siendo una gran líder para el socialismo andaluz (el español ya ha dicho que no la prefiere) y una persona con gran carisma, tirón y valores políticos. Pero no gobierna. O sea, ha perdido ganando o ha ganado perdiendo. Y no tiene el favor del líder supremo, Sánchez, que además tiene la fuerza que da ser presidente del Gobierno. Los alcaldes tienen miedo. A perder, mayormente. Los candidatos tienen miedo. A no ganar o quedar peor que Cagancho en Almagro, por eso tienen que sopesar muy bien qué campaña hacen y a quién traen. A lo mejor es Sánchez el que sí les suma o tal vez les reste. Depende todo también del panorama nacional.

El gran drama de Susana Díaz es que ya no tiene para repartir. A estas horas, en un universo paralelo estaría nombrando consejeros, vetando viceconsejeros, ordenando quién en qué provincia y a quién ni agua; mirando y pensando, trenzando estrategias, repartiendo direcciones generales y gerencias, encajando el puzle y las vanidades. Pero está en casa. En las fotos de Gobierno y de Fitur y del día a día están los Bendodos y Bonilla y Juan Marín. En la oposición hace frío. El poder desgasta pero no veas si desgasta la oposición. Conviene estar atentos, también a movimientos anti Díaz como el de José Luis Ábalos, poderoso dirigente federal socialista, que sin embargo podría quedar debilitado por los azotes de opinión pública y publicada que va a sufrir en su condición de ministro de Fomento. Le van a dar más, por lo de los taxis o por los trenes a Extremadura, por ejemplo, que lo que le dieron a Magdalena Álvarez, a la que por cierto nunca le agradeceremos todo lo que invirtió en Málaga.