No hemos vuelto a saber más. Del niño de cuatro años muerto por un disparo en una jornada de caza en la provincia de Sevilla no hemos vuelto a saber más. Ni cómo se llama. Del pobrecito Julen queremos saberlo todo. Cuando escribo se cumplen 12 días desde que cayó a ese agujero infinito hecho por el hombre en el Cerro de la Corona, en la localidad malagueña de Totalán. Tengo la mala fortuna de no sentirme reconfortado con cantos y oratorias compartidas en plena noche, aunque ningún abrazo sobra cuando el desconsuelo de haber perdido a alguien es infinito también, como la profundidad del pozo al que cayó ese hijo de todos.

Ojalá

Mueren niños a diario. O los matan, como a Gabriel. O como a esas dos niñas de 3 y 5 años en Lyon, presuntamente a manos de su madre ahora detenida. Murieron y siguen muriendo antes y luego del cadáver del niño Aylan Kurdi, fotografiado en una playa turca cuando era mecido por las olas en el rebalaje de la inmigración y luego en brazos de un policía que recogió el cuerpo empapado con sobrecogedora delicadeza, como lo habría hecho si hubiera estado vivo. También murió ahogado su hermanito, como se ahogó su madre, pero en la retina sólo se nos quedó Aylan, sus zapatitos llenos de arena, su jersey rojo, sus pantaloncitos cortos azul marino. No nos atrevemos a enfrentarnos a nuestros procesos mentales cuando se alejan de la razón, y menos a los colectivos. Mejor no darle muchas vueltas, no juzgar. Mejor centrarnos en esos ocho hombres que desde el jueves, día y noche, arrancan piedra y tierra casi con sus uñas en la estrecha oscuridad de la hendidura, jugándose la vida para devolver a unos padres destrozados el cuerpo de su niño, con la extrema valentía y la generosidad que supone, quizá, que alguno no crea en los milagros. Pero, insisto, si no hubiese otro milagro, ellos ya lo son.

Venezuela

Otro proceso colectivo es el que nos lleva a Venezuela. Nunca se posó la mirada de occidente en Guatemala (un país que siempre iba a Guatepeor), nunca en la terrible pobreza del interior rural de Honduras, ni demasiado en El Salvador pese al asesinato de Ignacio Ellacuría en 1987 o pese a las terribles maras que afloran allí como la hierba entre los adoquines de las calles sin barrer. Un niño con mocos pidiendo en los semáforos de México una vez me agarró la mano, uno que casi era bebé, solo en medio de un cruce infernal, y yo se la solté y seguí y hoy tecleo con ella esto que no sé a quien lo lee, a mí me duele y asusta y atormenta, pero sigo escribiendo. Ahora toca Venezuela, todos a sabernos el apellido Guaidó. Tablero internacional, ardiente guerra fría. Un presidente que se comporta como un golpista, Maduro, a quien le ha salido un golpista que debería ser presidente hasta unas elecciones libres de verdad cuyo resultado, probablemente, mostrará que ese país también está fraccionado, fracturado, doblado por la desigualdad, inestable y, además, borracho de Caribe.

Susana chévere

Mientras Susana Díaz visitaba en Fitur con su exconsejero de Turismo el pabellón de Andalucía, en una extraña inercia de protagonista sin película, Felipe González defendía a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Al hacerlo le daba de tacón en la frente a Sánchez, el más guapo de la cumbre de Davos, y una indisimulada patada en la entrepierna a Zapatero por su inmadura mediación con Maduro. De rebote, Felipe le daba su apoyo a Susana Díaz por sus resultados electorales comparándola con Inés Arrimadas en Cataluña. La razón tiene corazones que el intestino sí entiende. Aunque algunas comparaciones sean€

Georradar

Al mediodía de ayer los mineros dejaron de excavar momentáneamente para localizar a Julen con un georradar. Allí abajo no se oye nada. En Ifema los gritos de los taxistas aturden a quienes salen de la boca de metro directos a Fitur. También su huelga, o sus concentraciones o su paro patronal o como quieran llamarlo, sirve a las diferentes siglas para diferenciarse a la hora de capturar unos pocos votos partidarios que la necesidad partidista tiene. Ninguno sobra, en un mapa tan fraccionado como los estratos distintos que separan a los mineros de rescate del cuerpo de un niño. La derecha se ha fraccionado, dicen. La izquierda está dividida. A lo mejor es que ya todo es otra cosa que izquierdas y derechas. Las diferentes papeletas de voto de mayo puede que no quepan en los cajetines de las cabinas. Con el 5% de representación ya se tiene escaño. Y con un escaño puedes ser presidente de una comisión de investigación que, en realidad, no investiga nada, y salir más en la tele que un consejero (como el canario Pedro Toledo, por ejemplo).

Ganar terreno

Errejón ya no está en Podemos. Ahora está en Carmenos. La paradoja es que a Más Madrid menos Podemos. Ya veremos en mayo cuánto (no) podrán. Y con quién pactará el PSOE. Fitur sigue dando cifras: el turismo de interior gana terreno y crece un 3% en la provincia de Málaga. Ganar terreno, llegar hasta Julen€ Porque hoy es sábado.