Otro año y ya toca. Esta noche empieza un año más el Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga. A los carnavaleros esto ya no hay que decírselo, porque llevan unos días escuchando lo que se cuece en Cádiz. Pero en Málaga seguimos con ese medio arranque en el que los que estamos en el ajo nos enteramos, otros que lo pillan de refilón y algunos que no se enteran. Cada vez menos. Entre el trabajo que hacen los detractores, que siempre es bueno tener a algún pánfilo diciendo tonterías, y la visibilidad que gana año a año con el trabajo de los medios, el Carnaval de Málaga tiene su huequito cada vez más grande.

Es cuestión de lógica y de marketing de ciudad. Málaga tiene un calendario bien apretado, pero precisamente entre el final de la Navidad y el Festival de Cine o la Semana Santa (depende del año), la ciudad necesita esa vida que da el Carnaval durante los diez días de calle. Es verdad que el concurso, el teatro, queda reducido a los asistentes y los espectadores caseros, pero la calle cada vez pide más participación.

Este año es uno de esos en los que el Carnaval se lo juega todo a una carta: Semana Blanca. Entre el 23F que Merchán pregone y el 3 de marzo hay toda una ciudad por vivir.

Hay actividades, decenas de actividades, porque el Carnaval de Málaga, el de la calle, el de día, es una fiesta para la familia a la que tienes que ir y descubrirla por ti mismo. Aprovecha, saca ese disfraz que tiene de aquella despedida, o de aquel día con los amigos. Prepáralo y prepárate.