Creer en uno mismo es fundamental en la vida. Puede que nuestra confianza flaquee de vez en cuando al enfrentarnos a lo desconocido y complicado, y es por ello por lo que es tan importante trabajar la constancia y la superación desde pequeños.

La actitud que se muestra a la hora de vivir los diferentes momentos te define y encamina tu futuro. Trabajar, entrenar y mejorar la actitud nos abrirá puertas y seremos capaces de encontrar más oportunidades. Con mucho esfuerzo, la suerte se acaba encontrando en la medida de lo posible.

En multitud de ocasiones no vemos los resultados cuando esperamos y esperar toda la vida tampoco es sano y productivo. El fracaso también forma parte de esta creencia, pues equivocarnos y enfrentarnos a los problemas nos hace fuertes y perseverantes. Puede que no todo esté perdido, simplemente esté en otro camino o aun no sea el momento, y el saber esperar superando la impaciencia y reforzando la constancia también es una virtud. Fruto de tantos intentos y nuevos aprendizajes, pueden que vayan llegando oportunidades o encontremos respuestas.

Cambiar de trabajo, de pareja, enfrentarnos a conflictos, comenzar nuevos proyectos, nuevas disciplinas deportivas, sentir nuevas relaciones sociales, laborales y personales€ todo esto hace que sintamos miedos, dudas, además de ilusión, esperanza y motivación por las nuevas experiencias, pero es la fuerza de voluntad la que nos hará mantenernos firmes en una idea, controlar nuestros pensamientos y orientarnos hacia el nuevo objetivo o meta.

Creer en lo que uno hace, sentir lo que uno quiere y vivir acorde a una idea es además de difícil, muy gratificante, convirtiéndose la vida social, personal y laboral en un continuo desarrollo de tu propia vida, algo que te identifique y sentirlo como parte de ti.

Creer que se puede y sentir que uno es capaz de construir no significa no contar con dificultades o perder en determinados momentos el control y la ilusión, pero si tomamos los conflictos como avances y cambios positivos, seremos capaces de conocer nuestros límites y todo lo que somos capaces de conseguir. La capacidad de adaptación a los cambios es muy importante a través de una fuerte responsabilidad individual y una mentalidad flexible capaz de seguir trabajando por encontrar nuevas opciones.

Intentar cosas nuevas y conocer nuestros límites reflexionando sobre nuestras fortalezas y debilidades y sobre cuáles son nuestros miedos o amenazas nos endurece el carácter y el poder sobre nosotros mismos. Autoconocerse para autovalorarse y trabajar (entrenar) en la mejora. Este entrenamiento requiere ser flexible y tener confianza en uno mismo para explorar diferentes contextos y solo así poder ir descubriendo nuestro talento.

Sentir poder y confianza hace que rechacemos el autorreproche y la culpabilidad, aceptando la duda, la tristeza o la desilusión. Ser autosuficiente y tener un buen control de las emociones ayuda a empoderarse y seguir en la batalla, sentir los retos como desafíos y sentirse capaz y válido ante problemas y dificultades. Trabajar el pensamiento positivo y la visualización protegerá nuestra autoestima, creando hábitos saludables y reforzando el carácter, «la costumbre es lo que confirma la manera de ser».

Como educadores debemos premiar el esfuerzo y el compromiso a largo plazo, para crear niños y futuros adultos fuertes mentalmente y resistentes a las dificultades y derrotas, que sean capaces de ir mejorando en el procesamiento del error, creando una mentalidad flexible en continuo desarrollo y avance, sin prestar atención a sentimientos de culpabilidad, miedos o reproches.