HISTORIA DE LA VIOLENCIA

Del libro «Viaje al poder de la mente» de Eduardo Punset. La violencia no se trata de un instinto ancestral, sino que es un desarrollo lógico de la inteligencia, al querer castigar y controlar. Si no fuésemos más inteligentes que otros animales, seríamos menos violentos. Aunque se pueden modificar las condiciones sociales que la estimulan. La poligamia parece ser una de las razones que induce al varón a la violencia: el mayor soporte a la organización terrorista Al Qaeda se da en Paquistán, Arabia Saudí y en Afganistán, los tres países donde más se practica la poligamia. Se ha comprobado que la privación de pareja a una buena parte del colectivo masculino -eso conlleva la poligamia− aumenta los niveles de testosterona. Si se quiere reducir la violencia de un hombre, déjale acceder primero a su novia, una esposa y luego que tenga hijos. Se reducirá el nivel de testosterona y el comportamiento será mejor. Otro factor es comer carne cruda. Se ha comprobado que si no se cocina la carne, las mujeres no pueden reproducirse y los hombres no producimos esperma. El Homo erectus fue la primera especie que cocinó la carne: esto se sabe por el pequeño tamaño de los dientes y la caja torácica. A partir de que se empezó a cocinar, se empezó a guardar la sobrante. Esto ocasionó que la hembra buscase a un macho fuerte para vigilar y defender ese precioso activo. Todo esto tuvo sus repercusiones a nivel anatómico, de división del trabajo y del poder colectivo. El primer encargo para el Estado era vigilar los alimentos esenciales para el invierno. En fin, el futuro que se prevé es una domesticación creciente de nosotros mismos, así que tranquilos.

Venancio Rodríguez SanzMálaga