'Valiente honorable' Puigdemont

Las ratas intuyen antes que nadie el naufragio de un buque. Mi admiración y afecto a los catalanes es endémica por lo que he leído sobre este territorio y sus población pero es casi enfermizo desde que este condado acogió a gran parte de la familia de mi madre que huía del hambre y aterrizaron en el pueblo llamado Olesa de Montserrat en la provincia de Barcelona. Ahí está enterrada mi abuela Carmen «La Melona», mi querida tía Isabelita y otros pariente no tan cercanos. Yo siento mucho respeto por los catalanes unionistas que se sienten españoles y por los que no quieren ser españoles. Tendríamos que leer otra vez la obra literaria Episodios Nacionales del canario Benito Pérez Galdós para entender la configuración fallida del reino de España. Esta persona no merece ser calificada con el atributo «honorable» cuando encabeza una «rebelión», huye al exterior dejando a sus compañeros en el más absoluto de los desamparos y sufriendo en la cárcel. Su vida en Waterloo es confortable mientras Oriol Junqueras y otros presos están entre barrotes porque la táctica de su presidente fracasó y judicializó un asunto político. Yo seguiré admirando y queriendo indefinidamente a Cataluña ya esté en España o fuera. Ellos dieron calor y futuro a millones de españoles que pasaban frío, porque no tenían ropa adecuada que vestir, y hambre, porque no tenía nutrición adecuada para vivir saludablemente.

Bartolomé FloridoTorremolinos