Hay quienes piensan que los ciudadanos tienen memoria de pez a la hora de coger una papeleta electoral. No lo comparto, aunque sea el recurso fácil de aquellos que viendo próxima la cita electoral no han hecho sus deberes durante cuatro años.

A la oposición en el Ayuntamiento de Málaga le ha cogido el toro electoral sin nada que ofrecer a los ciudadanos. De ahí Villas del Arenal. Nada ocurre por casualidad, los tiempos estaban medidos y competir con el alcalde en trabajo, horas de dedicación y entrega a la ciudad, solo pensarlo, cansaba a sus adversarios políticos. De ahí que los naranjas, morados y rojos, así son sus colores de cartel, hayan optado por un recreo de cuatro años para al final, como los malos estudiantes, darse el atracón.

La franquicia de Podemos tirándose los trastos por gastarse el dinero para gastos de funcionamiento del grupo en whisky, ron, y ginebra. Ciudadanos, pocos pero mal avenidos, matándose entre ellos. Cassá ignorando a Sichard y éste pidiéndole enseñe su vida laboral que por cierto, no estaría de más conocer la de todos antes de entrar en política. No se ha quedado atrás el candidato socialista cuyo balance de legislatura se resume a un ridículo video casero en plena pataleta por perder el gobierno de la Junta. Todavía quiero pensar que fue una inocentada, aunque insistiera que no fue así, y que la inocentada aún continúa.

Aún así son gente maja, apañaos como decimos por aquí, y seguro que hasta buenos compañeros de cañas. Pero la sexta ciudad de España merece otro nivelito. Algo más que el oportunismo encontrado, o buscado, con la investigación abierta con Villas del Arenal. Investigar es averiguar que pasó, ni más ni menos. Investigar no es acusar ni suponer, so pena que queramos dinamitar el principio de presunción de inocencia. Investigar, que es legítimo y necesario, no justifica dejar a los malagueños sin presupuesto municipal ni paralizar las inversiones. Investigar es una cosa y acusación formal es otra, deberían saberlo quienes pretenden sacar rédito político sin hacer política.

El numerito que ha montado la oposición no es contra Porras ni Pomares, es contra un alcalde al que no pueden ganar en las urnas ni tienen valor de desalojar con una moción de censura, los malagueños castigarían electoralmente a sus promotores.

Plantear la campaña electoral con un todos contra Paco es un error, pero cuando no hay nada que ofrecer no deja de ser un recurso, eso sí, de escaso recorrido, tan escaso como el nivel de los que piensan que haciendo ruido al final puedan conseguir lo que desde un principio no se ha trabajado. Los votantes tienen memoria y, por suerte para todos y desgracia para algunos, no es de pez.