Nos adentramos en época de competición en muchos deportes y es buen momento para pensar cómo podemos ayudar, ya seamos familia, entrenadores o deportistas.

Es muy importante llegar a la competición en el mejor estado de salud y con los deberes bien hechos. Esto supone estar seguro de determinados gestos técnicos, saber controlar las emociones en momentos de tensión y mantener la concentración durante la competición.

Para ello tenemos que empezar a ser muy conscientes del periodo precompetitivo en el que nos encontramos, centrarnos en el presente y seguir trabajando por objetivos con ilusión para llegar lo mejor posible.

En casa es importante que toda la familia participe sintiéndose identificada con el deportista. Comida sana y descanso es fundamental, y un diálogo positivo con expectativas de futuro agradables. Preparar los viajes con ilusión, no solo por el compromiso de ver al deportista, sino como viaje de disfrute y desconexión para el resto de la familia.

Quizá en las semanas previas a la competición, el deportista llegue a casa más nervioso y con menos paciencia, y puede ser la misma familia la que ayude al deportista a calmarse y recuperar el estado de ánimo. Lo mejor es dejar el deporte a un lado y comentar otras cosas del día divertidas, proponer ideas o simplemente mostrar apoyo y cariño. Además del contexto deportivo tenemos que tener en cuenta los estudios. Deberes, trabajos y exámenes que no entienden de esos nervios previos que sienten los deportistas en los campeonatos, se suelen agobiar e incluso se acaban enfadando con más facilidad. En estos momentos lo mejor es calmarse, ponerse en el lugar del otro, animar a conseguir las cosas en vez de dar lecciones de vida y repito, apoyo y cariño.

En momentos adecuados, se pueden tratar temas que quizá puedan darse en el futuro para ir preparando al deportista. Esto lo pueden hacer las familias, los entrenadores e incluso los mismos jugadores. Tratar los «quizás» e imaginarse las posibles reacciones. Quizá no entres en la primera rotación, quizá no te sientas confiado antes de la prueba, quizá te agobies tras unos cuantos fallos consecutivos, quizá te insulten desde la grada, quizá te duela algo, quizá tu entrenador te grite por algo que has hecho mal, quizá no sean las cosas como esperas, quizá en el hotel no haya la comida que te guste, quizá no descanses como en tu cama, quizá sientas que es tu momento y las cosas salgan, quizá te sientas con energía y capacidad, quizá te sientas seguro por todo el trabajo realizado, quizá tu entrenador te felicite por tu esfuerzo, quizá ganes, quizá te encante el hotel y la experiencia de viajar...

¿Qué pueden hacer los entrenadores para evitar más quizás negativos? Prepararlos y entrenarlos. Qué hacer cuando se siente miedo, qué hacer cuando se está muy nervioso, qué hacer cuando se pierde la concentración, qué hacer cuando se pierde la confianza, qué hacer cuando uno se enfada consigo mismo, qué hacer cuando se dejar de creer, qué hacer cuando no se puede descansar, qué hacer si el equipo de desactiva€ Si todo esto no se entrena, es normal que los deportistas se bloqueen en momentos de mucha tensión donde la respiración se bloquea, los pensamientos dejan de fluir y la musculatura se tensa.

Trabajar las técnicas psicológicas es FUNDAMENTAL Y MUY IMPORTANTE. Técnicas como la relajación, la visualización, el control del pensamiento, el auto diálogo, aprender a utilizar la música, las rutinas, los diferentes tipos de respiraciones€ Todas ellas son necesarias para el entrenamiento mental. Si la mente se entrena, la mente compite mejor.

Los deportistas también tienen el deber de comprometerse a trabajar y entrenar la mente, cosa que al no ser tan medible, no le suelen dar la misma importancia que al físico o la técnica. ¡Ahí está justo la diferencia! Si desde que son pequeños los ayudamos a entender lo importante que es el control de las emociones, sentirse confiado en momentos importantes, superarse en momentos complicados e incluso soportar molestias y dolores, y somos capaces de enseñarles cómo hacerlo, serán ellos mismos los que irán abriendo puertas, siendo capaces de enfrentarse a un mayor número de situaciones.