La lista del PSOE al Congreso de los Diputados por Málaga ha deparado pocas sorpresas y un entusiasmo tendente a cero. Las agrupaciones de la provincia han votado y su voto no ha servido para nada. Después de que los federales descartaran a Luis Planas de número uno porque finalmente Carmen Calvo iría por Madrid y él podría concursar por Córdoba, se designó a Ignacio López Cano como cabeza de cartel. En la lógica partidista y orgánica era lo previsible: Cano es sanchista de primera hora, quizás el más sanchista de todos. Seguramente el primero en ser fusilado si Susana Díaz fuera aún reina de los mares y Sánchez un locuelo que recorriera España en busca de apoyos y no el inquilino de la Moncloa.

Ya puestos a elegir sanchistas hubiera sido un magnífico número uno Rafael Fuentes, que fuera portavoz municipal socialista en Málaga capital. Va de cinco. Lo ocurrido en Málaga, más o menos, se resume en «que Sánchez coloque al primero y vete a Heredia que ya nosotros colocaremos a los demás». Los demás son gente simpática y tal, bien, ahí llevan toda la vida o aspiran a llevarla, un poco en plan pues esto es lo que hay y esto es el interior del PSOE. A Miguel Ángel Heredia lo mandan al Senado, más o menos lo que hace años quisieron hacer con José Asenjo para descabalgarlo de la candidatura al Congreso. Asenjo dio un portazo, dijo ahí os quedáis y de resultas el columnismo malagueño sumó una lúcida voz.

Heredia: lleva más años en el Congreso que los leones, lo cual más que demérito o mérito es un dato. Que unos enarbolan de una manera y otros de otra. A su favor es que es el diputado más trabajador, así lo recoge una estadística oficial. Tú a Heredia lo dejas suelto en el Senado y es capaz de reactivarlo él solo aunque sea a base de preguntas y preguntas. Y repreguntas. No saben en el Senado lo que les espera, debe haber ya funcionarios haciendo un máster en la circunscripción Málaga.

El PSOE no tiene el cuerpo, ni lo otro, para farolillos y el mensaje es que hay pocos sitios, mucha gente a la que colocar y hay que tirar de la soldadesca de siempre para configurar las listas. Con todo, lo más urgente para el PSOE andaluz es sofocar su esquizofrenia. O sea, esa pulsión de querer cargarse a Sánchez pero al mismo tiempo querer sumar cuantos más votos mejor en las generales, aunque solo sea para llegar viento en popa a las municipales.