El candidato Pérez va a presentar una moción de censura al alcalde De la Torre. Pérez es un extraño caso de Benjamin Button de la política local, pues en el mes de agosto, con las alegrías de la Feria y los excesos a su calor, se proclamaba alcalde en los abanicos; ahora ha menguado en candidato y quién sabe dónde acabará en junio, porque el pasillo mágico del grupo municipal socialista, que conducía de la sufrida oposición a una butaca en la Junta, está en obras.

Decíamos que va a presentar una moción, anticipando él mismo que es pa ná porque no hay tiempo, ni tiene votos y, posiblemente, ni ganas de ponerse a la tarea. Debe de ser una técnica como las de Twitter, en el que algún desconocido le pide a alguien que le haga un retuit para darse a conocer, una forma de llamar la atención a la que ya llega tarde, porque eso el alcalde lo ha hecho mucho, montando en bicicleta, haciendo el trenecito o tocando los bongos y bueno, por lo menos hemos reído, que no es el caso.

Pero la cosa tiene poca risa. Que la Fiscalía Anticorrupción haya tomado cartas en el asunto de Villas del Arenal a más de uno y de una le ha venido como el cambio del aire que anticipa tormenta, perdidos en quitarle hierro al asunto, en aplicar que todo el mundo lo hace, en talleres de pancarta fina o en presentar informes de parte en una instancia excéntrica discutiendo si son galgos o podencos los pactos alcanzados entre partidos políticos.

Trivializar o aprovechar el momento para darte a conocer es revelar de que madera está hecho cada candidato de palo, para que vaya aguantando su vela.

Y a ver si vamos saliendo de la política de ocurrencias, por ir haciendo cinco o seis cosillas que le hacen falta a esta ciudad.