Hablo, rodilla en tierra porque es un niño aún pequeño, con Eiden. Está malito del riñón. Le pongo el micrófono para que lea, desde su pequeña gran altura, un poquito del manifiesto que por el día mundial de las enfermedades renales leen distintas personalidades malagueñas, además de médicos, enfermeros, asistentes, voluntarios y otros pacientes como Eiden. La tarde de un jueves de mucho lío y ya en capilla de inaugurar el 22º Festival de Málaga, aún no sabía del atentado de Nueva Zelanda. Niños como Eiden entre las víctimas del encarnizado tiroteo, niños como el mío, como los nuestros...

GLOBOS COMO ALMAS

Globos blancos hinchados con helio por la gente de ALCER subieron hacia el cielo de la malagueña Plaza de la Constitución, por la salud de los vivos en cualquier lugar del mundo y como almas de los muertos, sin que lo supiéramos, en el horror que unos enfermos de negrura y sin empatía por quienes respiran como ellos han producido en la ciudad Christchurch, en las antípodas no sólo del globo terráqueo, sino de la piedad cristiana que dicen de manera extrema representar frente a los impuros. La violencia engendra violencia en quienes sólo saben odiar. Junto al niño Eiden, también malito como él, me da la mano chiquita Mohamed. La alegría se impone al ritmo de la batucada y jaleada por las sonrisas de payaso de un grupo maravilloso que les hace bailar y reír. Miles de personas abrazando en cada ciudad a quienes padecen la enfermedad mientras, según la policía neozelandesa, sólo tres o cuatro disparan su odio hasta matar...

ODIO COMO ARMA

De extrema ideología ha calificado la primera ministra de Nueva Zelanda el perfil de tres detenidos. De extremo odio sería más atinado. Un neonazi o un yihadista que no supera la veintena, por ejemplo, no suele haber atesorado conocimientos suficientes como para armarse de ideología, sólo consignas, cuatro ideas fuerza, impactos visuales, necesidad de pertenencia tribal a un grupo radicalizado, cierta vanidad para revestir su salvajada de heroicidad y, en nuestros días, un smartphone para grabarlo y colgar su sangría en la tele global de Internet. Eso es lo que hizo también uno de los asesinos de Nueva Zelanda. Odiar, sólo hace falta odiar, mucho más fácil que amar. Sólo hay que centrarse en alguna diferencia en el igual y convertirla en un abismo para verle como una alimaña que hay que atreverse a eliminar, o para considerarle un detestable estorbo para alcanzar por la vía rápida el paraíso de la notoriedad; para ganar el cielo o algún tipo de Walhalla vikingo o Yanna musulmana. El horror ése de odiar...

NO MÁS NIÑOS MUERTOS

Quizá también les parecerían un estorbo insoportable esos dos hijos de tres años y meses respectivamente a sus padres. O su indigente manera de vivir y sus disonantes y perturbadoras creencias, al parecer, les hicieron mirarlos como a ratas. Los niños no eligen el hogar en el que se van a criar, por eso necesitan la protección de todos cuando no son sus padres quienes se la procuran. La anomalía fue detectada por los servicios sociales. No es fácil decidir que unos niños no deben estar ni un minuto más con su familia, pero esta vez se decidió tarde. Aunque los únicos culpables de la atrocidad sean quienes la cometieron. Lo que pasó ahí de verdad no será sólo lo que, cuando la investigación en marcha termine, se redacte. Daría para un complejo y asfixiante guion de película de terror. Hay muchas negruras que enferman el alma hasta la terrible locura de poder matar a golpes a tus niños, como indica la policía valenciana que parece que ha hecho la madre en este caso. Pobres críos, cuánto duele imaginarles...

IMPERIO CATÓDICO

Tampoco sabían muchos cuando leíamos el manifiesto por la salud renal que, ya en clave política, el PP de Casado había decidido que el número uno al Congreso por Málaga sería el televisivo periodista Pablo Montesinos. Yo sí. Lo habíamos comentado durante la grabación del programa Las luces de la ciudad que dirige Teo León Gross en Onda Luz Tv. Digo «habíamos», porque en la mesa de debate estaban también el periodista Rafa Porras, la profesora Laura Teruel y José María de Loma, quien en su columna hacía ayer alusión con marca de la casa a que la política actual presenta cuneros por doquier y más paracaidistas que ventanas. Del plató a ser el primer plato de las listas no sólo se catapultó Pablo Iglesias. Ahora Montesinos, diputado por el PP. Pepu Hernández, para alcalde por el PSOE en Madrid; y no pocos fichajes similares está haciendo Ciudadanos incluida Sara Giménez, la que sería «la primera mujer gitana en el Gobierno». No es un fenómeno nuevo, pero sí mucho más normalizado de lo que nunca fue en política. La televisión se apodera de todo. Hoy Villarejo te grabaría con una cámara en vez de con una grabadora. Incluso el 22º Festival de Málaga presenta tres series de televisión: Gigantes, Instinto y la última temporada de Cuéntame... Porque hoy es sábado.