Hubo un tiempo en el que la alfombra roja de los Premios Goya, impuesta por el patrocinio del whisky irlandés Jameson, fue verde. Verde, verde. Aún así la alfombra en el cine, se nos aparezca del color que sea, siempre será roja. Roja como la selección nacional, salga al campo con el color de camiseta que salga. Si acaso rojita, no si la alfombra es de un festival de cortometrajes, que podría ser, sino en el caso de que la España sub'21.

La Rojita ha sido quebradero de cabeza, durante dos días, para Muñiz. El seleccionador Luis de la Fuente convocaba al malaguista Pau Torres para esa concentración que esta semana tendrá lugar en el Marbella Football Center y amenazaba con dejarlo fuera del importantísimo duelo liguero de esta noche en Soria. Era el enésimo contratiempo de este fútbol moderno que dos lunes seguidos te obliga a ver a tu equipo a las nueve de la noche.

La tarde dominical resolvió a favor de la entidad malaguista, esta vez sin tuit presidencial mediante, de manera que la Federación Española autorizaba a retrasar hasta el martes la incorporación de Torres a una lista que tendrá ante sí dos duelos amistosos. Este jueves la Rojita se medirá a Rumanía en Los Cármenes y el lunes próximo, a Austria, pero en Algeciras. De esta forma, el Málaga CF sí que perderá a uno de sus centrales fijos para la visita a Tarragona de este próximo domingo, al igual que no va a poder contar ni con Munir, concentrado desde mañana con Marruecos para enfrentarse a Malawi y Argentina, ni con N'Diaye, al que le aguardan dos duelos de Senegal ante Madagascar y Mali.

La incompresible configuración de la segunda categoría del fútbol español, además de alargar en exceso la competición y de fijar un alocado sistema de eliminatorias de ascenso (a dos partidos por semana cuando llega la hora de la verdad y más pesan las piernas), tiene esto de mermar a los equipos que más jugadores internacionales tienen en sus plantillas.

En las últimas semanas de la temporada pasada, en una de tantas tertulias futbolísticas, comenté con varios compañeros ese tremendo hándicap que a priori tenían que sortear escuadras como el Numancia, rival de esta noche para los blanquiazules. Con Arrasate en el banquillo, los sorianos se encargaron de liquidar en Copa del Rey a todo un Primera como el Málaga CF y alcanzaron, con el propio Munir como estandarte, los cruces por el ascenso a la máxima categoría. Sin embargo, el gran meta melillense tuvo que abandonar su equipo cuando más falta le hacía, debido a que tenía que unirse a los En-Nesyri o Amrabat para disputar el Mundial de Rusia con Marruecos.

Considero que tal circunstancia, idéntica a estas bajas reiteradas para una competición que no entiende de parones por duelos internacionales, también adultera parte de esa Liga que aspira a ser la mejor del planeta. La misma que, como denuncia el sector vitivinícola, aleja de los estadios el alcohol y no la publicidad cervecera. Y hablando de brindis, el de ayer tocaba también en verde, verde o con Guinness. A la salud de San Patricio, el tan globalizado patrón de Irlanda.