Hace años que los relojes dejaron de tener manecillas y fueron sustituidas por dígitos.

El cambio no alteró en forma alguna el transcurso del tiempo, y mucho menos la percepción que tenemos sobre él.

Para los que todavía andamos inmersos en la vida laboral, el tiempo se nos escapa de las manos día a día, sin capacidad de retenerlo para dedicarlo a aquello que deseamos.

Para nuestros mayores sin embargo el tiempo se muestra en su máxima plenitud y el giro de las manecillas de sus relojes se hace a veces pesado y lento.

Unos pocos de ellos tienen la fortuna de disponer de una red familiar que les permite disfrutar de la vejez. Otros tantos se ven implicados en actividades de apoyo familiar que la crisis ha ido aumentando en los últimos años. Los más desfavorecidos se encuentran solos.

Independientemente de su estatus económico, muchos de nuestros mayores no tienen con quien compartir sus preocupaciones ni sus desvelos, y se enfrentan cada día con incertidumbre a los nuevos retos de una sociedad cambiante que cada vez les cuesta más entender.

Porque los cambios digitales no solo están en su reloj. Se manifiestan en el acceso a las cuentas bancarias, en entender el recibo de la luz, en responder a las peticiones de las administraciones y entidades públicas. La informatización es para muchos de nuestros mayores un muro infranqueable que les aísla de los servicios a los que tienen derecho.

Los medios de comunicación se hacen escaso eco de la vida de nuestros mayores. A diferencia de otras culturas, el mundo occidental parece estar imbuido de un culto a la juventud que deja de lado el conocimiento y la experiencia que dan los años.

Cruz Roja Española intenta revertir esta situación, y dedica varios programas a la atención a nuestros mayores, especialmente a aquellos que viven en soledad, facilitándoles información, capacitación, acompañamiento, asistencia domiciliaria y apoyo a la movilidad. En el caso de la provincia de Málaga son más de 6.600 mayores los que en este pasado 2018 han sido destinatarios de las casi 45.000 intervenciones que han realizado los más de 350 voluntarios de Cruz Roja.

Ayuda a nuestros mayores que se ha extendido tanto a las ciudades de nuestra provincia, como a los pequeños núcleos urbanos e incluso a los medios rurales aislados.

Porque la ayuda a nuestros mayores es un compromiso y una obligación de toda la sociedad, para intentar coadyuvar en la solución de sus problemas, y hacer que se sientan parte importante de esta sociedad que han forjado con su trabajo y con su esfuerzo, conscientes y dichosos del inexorable tránsito de las manecillas del reloj.

*Utrilla Navarro es presidente de Cruz Roja Española en Málaga