Tiene uno curiosidad por saber qué forma de suicidio elegirá el jefe de prensa del PP cuando Suárez Illana le pida que le consiga entrevistas. Va a dar mañanas de gloria. Sobre todo en las redes. Después de sus declaraciones sobre abortos tras el nacimiento y neandertales, las redes se han cebado con él. Las redes siempre se ceban con alguien y con independencia de la torpeza de Suárez parece que en este país si las redes no arden a cuenta de unas declaraciones tuyas es que no eres nadie.

De la misma forma que algunos periodistas se autocensuran y no dicen lo que piensan por temor a la jauría tuitera, hay políticos que hallan gusto en exponerse y provocar, en recibir insultos y venablos. Tienen sin duda la piel gruesa. Hay que valer. Suárez vale para distraer la atención. No ha heredado los talentos de su padre, consensuadamente admirado como un estadista. Aún se recuerda su primer mitin. Del hijo, no del padre, en un pueblo de Castilla, afirmando que de allí era su chacha. La política de fichajes trae esto. No solo se capta talento.

Se capta también inexperiencia. Se destapan carencias, flojezas. O a lo peor: franquezas y pensamientos que nunca deberían exhibirse. Y aún no hemos entrado en campaña. Imaginen cuando le den la palabra a ciertos toreros (a ciertos, algunos están muy formados); a ciertos periodistas, a ciertos militares, a ciertos economistas. Vale para todos la acotación que hemos hecho unas líneas más arriba sobre los toreros. En cualquier caso, ser político profesional no te libra de proclamar o extender, ventosear proclamas dudosas. Cada día una idiotez. Cada semana una burrez. Las frases, no las propuestas serias, corren por radios y tertulias televisivas, Facebook, Twitter y hasta Instagram, que de ser una red molona de imágenes cuquis va permutando también, en cierta medida, al politiqueo, aunque eso depende mucho, claro, de a quién sigamos.

Ignoro el lugar del próximo mitin de Suárez, el sitio de la próxima entrevista, pero urge un coaching para este hombre, un asesor, un equipo completo de prensa. Aquí, compañeros, en atemperar chaladuras hay un nicho de mercado para periodistas, que no somos duchos a veces en callarnos y no estamos nada, nada, libres de decir tonterías, pero que tenemos cierta experiencia en detectar las de los demás. Consejos vendo y para mi no tengo, puede pensar el lector sobre el oficio periodístico. No se lo recriminamos. Lo brindamos para la reflexión. Suárez no nos trae suarismo. Una pena. Una honda decepción. Tila para el jefe de prensa.