Este sábado saldremos de dudas. Paloma Saborido pronunciará el pregón de la Semana Santa de Málaga. Un pregón en el que muchos tendremos los oídos abiertos para dejar que entren en nosotros sus palabras. Todos tenemos un prejuicio. El mío es sencillo: quiero escuchar a Paloma Saborido, la cofrade, la profesora, la hija, la madre, la que no se calla, la que no adorna las verdades, la que es clara y transparente.

La Semana Santa tiene este año a una portavoz de la que esperamos mucho, a la que tenemos ganas de escuchar. Con la que podemos o no estar de acuerdo, pero que cuando habla tiene argumentos de peso.

Quiero escuchar a Paloma como la quiero escuchar cuando viene a la radio o a la tele. Quiero escuchar a Paloma y ver cómo saca esa media sonrisa enseñando el colmillito. Quiero escuchar a Paloma y entender su Semana Santa. Quiero escuchar a Paloma y escuchar con sus oído. Quiero escuchar a Paloma porque espero -y estoy seguro- que su pregón tenga toda su verdad, sólo su verdad y nada más que su verdad.

Los cofrades tenemos una cita con una voz sencilla y clara. No tengo ni idea de lo que hará el sábado Paloma, pero sí sé lo que quiero. No creo que nadie pueda esperar un pregón de artificios, trampantojos ni vacíos.

En definitiva, lo que nos va tocar presenciar seguro que no es un pregón para un mundo de color de rosa, sino un pregón realista, moderno y claro. Valga mi pronóstico como prejuicio sobre lo que nos espera. Sea como fuere, con Paloma vamos a tener a la mejor pregonera de la Semana Santa de 2019, como recordaba siempre Pepe Atencia.