Dijo un pájaro que sienta su pestoso culo en un sillón del Parlamento andaluz, ganando una pasta gansa por ejercer, sin propósito de enmienda, de chulo y provocador, que las personas que defienden la memoria de sus muertos masacrados por esbirros de Franco y tirados en cunetas son «buscadores de huesos» y «estrategas del revanchismo». En su defensa, otro cuervo del mismo partido, el jefe en Andalucía, exjuez condenado por prevaricación, dijo que se tiene una piel muy sensible por un lado y una piel muy gruesa por otro, recomendando que esos sensibles se compren un chubasquero de la marca que él se pone en el Parlamento «porque me resbala todo». Semejantes barbaridades, de una sensibilidad similar a la del guano urente de paloma, dieron tumbos por los informativos y ocuparon titulares, es decir, se dio propaganda gratis al detrito de los miserables. Por si faltara algo, hace apenas unas horas, aún retumba la definición entre provocadora, ignorante, y faltona del tío de la jaca cagona diciendo que el golpe de Estado de 1936 fue «un movimiento cívico militar», diarrea verbal que enseguida ocupa espacios en los programas de toda índole, y aunque en El intermedio, con Dani Mateo al frente de una sección que suele ridiculizar al de los bíceps de acero y pecho, pecho de hierro, mirada en lontananza y barbilla retadora, aunque en El intermedio echen unas risas con estos mensajes, el mensaje está ahí, quemando como un ascua viva, dañando a cientos, miles de familias, que padecieron la bárbara etapa que se inició el 1 de abril de hace ahora 80 años. ¿Recuerdan al hoy candidato a presidir el gobierno de España, un angelical pero ya bombero torero Pablo Casado ante un micrófono diciendo que los de izquierdas son unos carcas que andan todo el día con la guerra del abuelo, con la fosa de no sé quién, y con la memoria histórica para acá y para allá? ¿Quieren bromitas? Hagámoslas. Mira, le decía Cristal, personaje de Kiti Mánver en ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, la de Almodóvar, a la Juani, Verónica Forqué, a veces pienso que sólo tienes sensibilidad en el chocho. Pues lo mismo.

Cachorros franquistas

Esta semana, en un ejercicio de televisión pública ejemplar, La 2 se volcó en la efeméride del 80 aniversario del final de la guerra civil con una programación de lujo que contiene películas, La conspiración -de Pedro Olea, 1912, esta noche, que cuenta las actividades del general Mola y que dieron lugar a la guerra-, miniseries como el estreno de Volveremos, de Felip Solé, o documentales como La maleta mejicana, 2011, de Trisha Ziff, y que narra la historia de tres fotógrafos que retrataron aquel horror, fotógrafos como Robert Capa, David Seymour y Gerda Taro, como Noticias de una guerra, de Eterio Ortega, producida en 2007 por Elías Querejeta sobre las elecciones generales a comienzos de 1936 y el ambiente social en los meses previos al golpe de Estado. Y por supuesto El silencio de otros, qué bonito, poético, y acertado nombre -se emitió el viernes por la noche-, trabajo firmado por Almudena Carracedo y Robert Bahar, ganador de los premios Goya y Forqué de este año, además del premio del público al mejor documental en el festival de Berlín. Esta película cuenta la lucha aún abierta por los familiares de las víctimas para que no triunfe el «pacto del olvido» -decía el papa Francisco en la entrevista de Évole en La Sexta que es un derecho particular y social encontrar y enterrar a los muertos-, lucha silenciada por el régimen franquista, y ahora caricaturizada y despreciada por sus cachorros ideológicos.El territorio vacío

Frente al silencio de los otros, el cacareo machacón, de incesante vomitona, floral y ególatra, de incontenible diarrea verbal, de Fernando Sánchez Dragó, ese EGO al que da carrete Susanna Griso en Espejo público para que venda su túmulo literario al dios de barro, al tío del mulo. Dicen quienes han leído la hagiografía del barbado mesías de la derecha extrema que el tipo es neblina, material gaseoso, que detrás de la apariencia de cemento armado y del discurso inflamado de vacuo españolismo apenas hay ideas sobre nada, desde luego no sobre educación, sanidad, servicios sociales, o política exterior, y que tratando de realzarlo lo deja en calzoncillos evidenciando que debajo de la carne machacada en el gimnasio, debajo de su pecho henchido sólo existe, como escribía el escritor británico Wilfred Thesiger en Arenas de Arabia al cruzar la inhóspita desolación de su desierto, un «territorio vacío». Y de esa nada inodora, a la tufarada de la cloaca del Estado que va penetrando en los platós como una epidemia lenta que, sin embargo, por decencia democrática hay que fomentar ya que la única forma de combatirla es airearla. Lo de las pruebas falsas contra Pablo Iglesias y Podemos, falseadas por la policía bajo el mandato de san Jorge Fernández como ministro, de Soraya Sáenz como vice, y de Rajoy como capitán del Gobierno del PP, en colaboración con gentuza del periodismo que abochorna, es grave, muy grave. Frente al silencio de los otros, de muchos, incluso de los partidos más postineros, hay algunos medios y algunos periodistas que dan la batalla. ¿Eres un tonto útil, o no sabías nada?, pregunta Antonio Maestre -La marea, mensual- en el programa de Ana Rosa Cardada al gran cínico, al dientes de cal, a la hiena que también se cobija en lo de Ferreras y nos amarga en La Sexta noche. Tonta útil será tu madre, respondió el menda. Chabelita también habla de su mami, doña Isabel Pantoja, que de tonta no tiene nada, y dice, preparando la cama para que Kiko Rivera, su hermano, gane Gran Hermano dúo, «si mi madre va a la final de GH se reconciliará con la gente» -en realidad preparan la participación de la expresidiaria en Supervivientes, con 80.000 euros a la semana-. Unos callan, otros hablan. Como el exdirector de El Mundo David Jiménez, que dice en Todo es mentira que «lo siguiente es ver a periodistas en la cárcel». Eduardo Inda, Alfonso Rojo, feliz semana. Tendrán el de otros, pero no mi silencio.

La guinda

Mouliaá en TVemos

Ni me gustan ni me disgustan los formatos tipo Vídeos de primera -década de los 90, en TVE, con Alfonso Arús, ahora en las mañanas de La Sexta con Arusitys-. Lo cierto es que La 1, de la mano de la actriz Elisa Mouliaá, ha vuelto a recuperar TVemos, que ya emitió en 2015. Y va de eso, de vídeos domésticos, de animales, niños, de rarezas. Y resulta que supera la audiencia del inane Lo siguiente, de Raquel Sánchez Silva.