El tango de Gardel no tenía razón. Veinte años son una barbaridad de tiempo si hablamos de un ser humano. Pero si hablamos de un periódico, dos décadas son una eternidad de noticias, artículos, crónicas, reportajes, fotografías, de corondeles y ladillos, de diseños y rediseños, de primeras y últimas, de editoriales y, para el dolor del recuerdo, también de necrológicas. Si a eso le añadimos en paralelo la ‘capa’ más de una década entera del periodismo digital que ha marcado a fuego una nueva era en la comunicación de masas, estaremos más cerca de entender la densidad de este periodo.

Hace 20 años pasaban muchas cosas en Málaga. Y no siempre se contaban como merecían ser contadas. En pleno cambio de milenio, la capital no era aún ese caso de éxito como ciudad moderna y cosmopolita que despierta ahora la admiración en el resto de España. En el resto de la provincia aún no habían acaecido algunos terremotos populistas que marcarían un antes y un después en la historia de sus principales municipios. Visto con la perspectiva de estas dos décadas, no deja de sorprender que la idea de un grupo irrepetible de periodistas, atrevidos e idealistas, de que la provincia necesitaba un nuevo periódico, llegara a cristalizar. Pero la visión y el empeño de Javier Moll, un gran editor de prensa que había conseguido en las dos décadas anteriores crear uno de los grupos de comunicación más importantes de España, fueron decisivos para que se concretara la necesidad que estaba latente en la sociedad malagueña en el nacimiento de un nuevo medio de comunicación. Así, de la mano de Prensa Ibérica, llegó al mundo La Opinión de Málaga, un 25 de mayo de 1999.

Durante estos 20 años, La Opinión ha sido un periódico que ha luchado por ser fiel a sí mismo, a Málaga y al mandato de periodismo cercano, directo, independiente, veraz y comprometido que hizo su editor y que es santo y seña de todos los periódicos de nuestro grupo editorial. Los periodistas tenemos por norma no aburrir al lector explicándole todos los problemas que debemos afrontar para conseguir una información. Eso queda para nosotros. Pero ahora que estamos mirando atrás, tal vez este sea un buen momento para expresar que, junto a los incuestionables éxitos que el periódico ha cosechado en estas dos décadas, el camino recorrido ha estado también plagado de dificultades. Hijo de su tiempo, tal vez por haber nacido a caballo de dos milenios, La Opinión vivió los rigores del cambio de paradigma que la era digital ha impuesto a todos los periódicos del mundo y la crisis de un sector que, en conjunto, definieron eso que se ha dado en llamar la “tormenta perfecta” de la prensa escrita. El desenlace, no obstante, está aquí 20 años después. La Opinión de Málaga continúa acudiendo fielmente a la cita con sus lectores. Cada día y en cada minuto de cada día. Su edición digital es la tercera de Andalucía en audiencia, gracias a un intenso proceso de transformación digital que siempre ha estado a la vanguardia del proceso general que han vivido los periódicos de Prensa Ibérica, nuestro grupo editorial.

La historia de La Opinión en estos 20 años es la historia de muchos nombres propios conjurados en torno a esa idea de periodismo cercano, directo, independiente, veraz y comprometido con Málaga del que hablaba antes. El primero de ellos, indiscutiblemente, el de su editor, Javier Moll. El presidente de Prensa Ibérica siempre ha entendido la importancia que La Opinión tenía para Málaga y la implantación que el periódico ha conseguido durante sus dos décadas de vida en la vida económica, social y política de la provincia. Es necesario recordar también con mucha tristeza al que fuera primer director de La Opinión, Joaquín Marín. Sin duda, Joaquín fue uno de los mejores periodistas que ha dado Andalucía y contar con el magisterio de su dirección fue algo que nos hizo mejores a todos los que vivimos el periódico como algo muy nuestro. Mis queridos Juande Mellado y Jose Ramón Mendaza siguieron la estela que dejó Joaquín al frente de La Opinión demostrando cada uno de ellos el liderazgo y la profesionalidad para adaptar el periódico a las cambiantes situaciones que les tocó vivir.

En lo que no se equivocaba el tango de Gardel, en lo que al firmante toca, es la sensación extraña que supone volver (y comprobar la precisión de otras estrofas de su letra). Prima, no obstante, en este caso, la satisfacción íntima y personal de ver cumplir 20 años al periódico al que ayudé a nacer y del que tuve el inmenso honor de ser director durante cinco años. Aunque mi periódico es ahora INFORMACIÓN y Alicante mi ciudad y mi provincia, no es menos cierto que una parte importante de mi corazón aún sigue en Málaga y en La Opinión. ¡Feliz cumpleaños!

*Mayoral es director del diario Información