Mucho ha llovido desde aquellos años 60, donde empezaba a ser habitual el ver a turistas en nuestros pueblos, fuimos una provincia, la de Málaga , aventajada a nuestros competidores.

Los turistas de todo Europa nos visitaban, y los españoles mas en verano.

En aquella época era muy habitual el que los hoteles contasen en sus instalaciones con discotecas, salas de fiestas e incluso salas de bingo. Los más valientes de los pueblos visitaban estas discotecas en busca de diversión. Pelo largo y pantalones con campana.

Las comidas servidas a la carta en nuestros restaurantes, hasta que llegó el bufet, una cosa novedosa y que rompió muchos esquemas, con el tiempo todos los hoteles tuvieron que optar por este sistema novedoso, ya que el cliente lo demandaba.

El personal de aquella época hacia lo que podía para atender la demanda, pero sus carencias las compensaban con una amplia sonrisa y con muchas ganas de ayudar al cliente.

Los hoteles en aquellos tiempos no ofrecían mucho mas, ni el turista lo demandaba. Venían a divertirse en su inmensa mayoría.

Una cosa que no ha cambiado mucho son los turistas con chanclas y calcetines blancos. Se pasaban la mayor parte de su tiempo en nuestras playas ó en las piscinas. Por supuesto que nadie podía pensar en aquellos tiempos en la animación dentro de los hoteles, fue algo posterior.

Hace 20 años cuando el periódico La Opinión abría los ojos por primera vez en una provincia dedicada al turismo, los empresarios veían los cambios que se avecinaban. Málaga era una ciudad que se ponía de perfil ante el turismo, empezábamos a darnos cuenta de que la provincia vivía directa e indirectamente del turismo, comenzaban los cambios que supondría la Málaga capital de la Costa del Sol que hoy en día conocemos.

Poco a poco los hoteles se han ido adaptando a las demandas de los clientes de forma sabia, se quitaron las discotecas y en su lugar se han construidos piscinas cubiertas, spa, gimnasios y muchas salas de reuniones dotadas de la mas puntera tecnología. Por no hablar de las habitaciones, las de aquella época muy austeras con aquellos muebles del tipo castellano y cortinas rojas han desaparecido y ocupan su lugar habitaciones muy confortables y dotadas de la mas alta tecnología, todo para que el cliente se sienta como en su propio hogar.

Incorporamos nuevas formas de ventas gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías, el hotelero ha pasado de crear un producto y ponerlo a la venta, a escuchar al cliente para hacer el producto que el quiere, se esta personalizando el producto. Hemos pasado de una segmentación a una micro segmentación.

Quedan muchos retos por delante, hoy en día seguimos preguntando el grado de satisfacción a nuestros clientes, e incluso donde podemos mejorar. Se están desarrollando algoritmos que pueden llegar a saber las respuestas a todas las cuestiones sin necesidad de preguntar.

La integración de nuestras empresas a internet, han creado nuevos puestos de trabajo que no creímos necesarios y hoy en día empiezan a ser indispensables, puestos como social manager, revenue manager, etc.

Los edificios hoteleros se han transformado a la oferta solicitada, se han realizado grandes inversiones, la velocidad de cambio de nuestros clientes será superior. Cada vez es mas fácil y económico viajar en avión, por lo que tendremos turistas de nacionalidades que hoy apenas vemos, esto hará que nuestros edificios sean flexibles que puedan cambiar fácilmente su distribución y servicios, para ello también tendría que cambiar a la misma velocidad, la burocracia administrativa, para agilizar esas inversiones.

Durante estos últimos 20 años hemos incorporado una palabra a nuestra demanda de décadas, 'estacionalidad'. A muchos les gusta hablar de la reducción de la estacionalidad, hablamos y no actuamos, vemos playas desmontadas, establecimientos cerrados, etc. plantear ayudas para mantener nuestro destino de sol y playa abierto 365 días al año, es rentable para todos. La otra demanda que arrastramos desde hace mas de 40 años, es nuestro tan deseado saneamiento integral, me encantaría que en el próximo 40 aniversario de La Opinión de Málaga, nuestra demanda se haya convertido en un mal sueño que tuvimos.

En la Costa del Sol, el turismo lo hemos hecho entre todos, empresarios trabajadores, habitantes y políticos, sin la unión de todos es muy difícil avanzar, y esta tierra se merece el esfuerzo de todos para seguir siendo una referencia mundial.

*Callejón es presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos