Tanto caos y problemas con el Urbanismo que también se busca problemas con el Urbano. Francisco de la Torre ofreció al alcalde de Estepona, José María García Urbano, ser el número dos de su lista a las municipales en Málaga capital. De la Torre no se fía ni cree que nadie de los que tiene alrededor dé la medida para ser su dos. De la Torre quiere ser él mismo el que designe a su sucesor. Cual emperador.

De la Torre no se fía de nadie y mucho menos de Elías Bendodo y Moreno Bonilla, a los que ha puenteado y ninguneado y a los que políticamente desprecia una y otra vez. De la Torre fue a pedirle bendición a Teodoro García Egea, secretario general del Partido Popular a nivel nacional, al que tal vez se le atragantó el café cuando el regidor le hacía partícipe de sus intenciones.

García Urbano, hombre de prósperos negocios, notario, buen político y campechano con ambiciones está haciendo una buena labor en Estepona y tiene ese perfil profesional que tanto gusta a De la Torre.

La noticia, adelantada por el Málaga Hoy, ha causado estupor, sorpresa y ha removido mucho las aguas peperas. No pocas fuentes consideran que este paso del alcalde ha roto definitivamente algunos puentes y que esto da alas a los que ya tienen pocas contemplaciones acerca de él y su futuro político. De la Torre se ha mostrado como un eficaz capador de delfines políticos. Pero todo tiene un límite: ahora quiere ser él el que críe uno, un delfín. O un chanquetillo. A lo mejor no a su imagen pero quizás sí a su semejanza. No se sabe quién será su número dos ni si está intentando otra 'garciaurbanada' o la misma. De la Torre ha visto que todo el mundo ficha y ficha y no ha querido ser menos.

A lo mejor le ofrece un puesto a otro alcalde de la provincia, no suele ser nuestro munícipe por antonomasia alguien dado a tirar la toalla, ni siquiera el pañuelo. No se tira nada aquí. Nada de nada. La marca de la casa es la tenacidad para lo bueno y lo malo. Erre que erre. Y después de otra erre, insistir.

Tal vez no haya fructificado el ofrecimiento a Urbano porque éste (además de estar muy a gusto en Estepona y tener asegurada la victoria) haya querido garantías de ser alcalde de Málaga, no sé, pactar que De la Torre se va a ir, si vuelve a ser alcalde, dentro de uno o dos años dejándole el sitio a él, a Urbano. Pero no. De la Torre no está en condiciones de garantizar su marcha ni a sí mismo. Como para garantizársela a otro. No descarten sorpresas. Se busca número dos.