Un modo indirecto de mirar los debates, ya ensayada aquí otras veces, es a través de su reflejo en los medios los días siguientes. En esas refracciones he visto, de derecha a izquierda, dos jugadores de rugby muy hormonados pero a los que les falta cuerpo para competir en primera, un baloncestista con buena posición en la cancha aunque algo lento y no muy encestador y un jugador de futbito que ha retrasado posición y le ha cogido gusto al centro de la pista, donde reparte juego. Pasando a términos taurinos, los dos primeros y el último aún no han sido picados en la suerte de varas del poder, lo que les da esa sensación de peligro en el ruedo (falsa, porque toro-toro ya no hay). En términos caninos, el primero y el segundo serían un fox-terrier y un schnauzer bastante bravucones, el tercero un elegante pastor alemán y el cuarto un extrañísimo cruce de pitbull y golden retriever.