Las elecciones arrojan resultados, en plural, que conviene anotar por su relevancia para el futuro. El PSOE es el vencedor indiscutible gracias a que ha conseguido recuperar gran parte del voto trasvasado a Podemos en 2015, Ciudadanos ha obtenido victorias parciales sobre el PP y se sitúa en posición de superarlo, los nacionalismos catalán y vasco salen reforzados y la sociedad española ha señalado los límites del fenómeno político de Vox. El empate que había entre los conglomerados ideológicos, si la ubicación correcta de Ciudadanos es la derecha, se mantiene, cierto es que con una composición más estable en la izquierda. La victoria socialista y la sintonía que transmiten el PSOE y Podemos dan una firmeza a ambas fuerzas de la que carecen los partidos de derechas, en particular el PP, que ha sufrido su peor derrota y necesitará tiempo y una fuerte discusión interna para recomponerse. Los españoles se han dividido en dos bloques electorales equilibrados, con tendencia a polarizarse, pero por efecto del sistema electoral han concedido solo a Pedro Sánchez la posibilidad de formar gobierno. Después de acceder a la Moncloa mediante una moción de censura muy discutida, no debe restarse mérito a su triunfo. El resultado conseguido afianza, sin duda, su liderazgo en el partido y en la política nacional. Pero se enfrenta a una decisión difícil: reeditar el pacto con Podemos y los nacionalistas o proponer un acuerdo a Ciudadanos. Las circunstancias no son las mismas que en mayo del año pasado, cuando se benefició del deseo de todos de expulsar al PP del gobierno. Podemos da por hecho consumado su presencia en el ejecutivo y los independentistas, ya sin motivo para temer un gobierno de derechas, que no es posible, han anunciado una actitud más exigente. Pedro Sánchez ha negado durante la campaña electoral la posibilidad de convocar un referéndum de autodeterminación y se muestra menos dispuesto a hacerles grandes concesiones políticas. Una coalición con Ciudadanos le aseguraría una cómoda mayoría y una legislatura confortable. Así podría también congraciarse con todo lo que significa el PSOE en la política española, su simbología, su tradición y la línea estratégica seguida durante décadas, a la que continúa adherido un amplio sector de afiliados y dirigentes. Algunos de sus pasos recientes apuntan en esta dirección. La propuesta choca con el veto de Ciudadanos, que con los resultados de ayer ahora ve muy factible en unas próximas elecciones el objetivo de liderar el espacio político del centroderecha. La decisión de Pedro Sánchez definirá la política de los próximos años. Los líderes ya nos han advertido de que la negociación que requiere de modo imprescindible la formación del gobierno llevará tiempo.