Históricamente la mujer siempre ha estado relegada por el hombre a estar en un segundo, y a veces hasta en un tercer plano, en la sociedad. Hoy en pleno siglo XXI ellas han dado se paso cuantitativo y cualitativo, tan necesario, como personas en la sociedad.

Todo ello ha sido gracias a ese movimiento feminista que ya es imparable y que por fin ha conseguido poner las cosas en su sitio. Para ello se han puesto manos a la obra y en los últimos diez años están demostrando el papel que quieren y deben jugar en la sociedad.

En estas últimas elecciones generales ha quedado claro la importancia del papel de las mujeres, ellas han ganado las elecciones en esta España nuestra, en esta España que es de todos, no sólo de un reducido grupo que se ha querido adueñar de forma descarada de la bandera y del sentimiento español para llenar contenidos vacíos, ellas han hablado claro a través de su voto y han frenado el avance de los retrógrados, se han movilizado como nunca y nos han dado una lección de democracia, de civismo, de progreso, y me atrevo a decir que hasta de patriotismo.

A través de estas líneas quiero recordar que en otros momentos de la historia de España, y más concretamente en la República, hubo mujeres intelectuales que ya realizaron intervenciones para consolidar una democracia, como es el caso de Federica Montseny, María Zambrano, Concha Espina y otras muchas que lo dieron todo por un ideal de progreso e igualdad para un país mejor. Después de muchos años de convivencia y bagaje con el mundo de la cultura y de la política, he comprobado una vez más que la mujer es la palanca que mueve, en líneas generales, el devenir de un país.

La aparición de los partidos de ultraconservadores (ocultos durante años en una ideología de derechas) han tratado de minimizar el papel de la mujer y la han querido relegar, una vez más, a un segundo plano, queriéndole arrebatar todos los derechos y conquistas que habían conseguido con tanto esfuerzo en las últimas décadas. Pero estos retrógrados no contaban con esta movilización masiva de las mujeres, frenando en seco todo aquello que han vociferado en contra de ellas en mítines casposos y propios de otras épocas.

Desde hace varios años siempre he tenido muy presente la labor de la mujer en todos los campos, desde la investigación hasta la cultura, y siempre me han demostrado que su capacidad de trabajo es infinita a la hora de desarrollar cualquier labor. Para ello no han escatimado esfuerzos, teniendo que renunciar muchas de forma injusta a su vida familiar, teniendo que demostrar mucho más que el hombre su valía, para hacer una España mejor, estas son los auténticas españolas, las que hacen un país sin necesidad de banderitas en la muñeca.

Por todo ello, como podemos observar a día de hoy es una realidad incontestable el hecho de que la presencia de la mujer en el parlamento español está casi equiparada a la del hombre y a buen seguro esto se traducirá en beneficios para la sociedad. Por tanto, quiero decir ¡¡¡MUJERES AL PODER!!!