El alcalde De la Torre cree que el PP «ha descuidado el centro político». La paradoja es que él a lo mejor tampoco tiene que cuidarlo mucho y sí dedicarse a cuidar a la extrema derecha, a la que se han ido 41.526 votos. A Vox. En Málaga capital el pasado domingo en las generales. Son votos que eran del PP.

Claro que, visto desde otro ángulo, si los votos a Vox se traducen en concejales para Vox que van a votar sí a una investidura de De la Torre, a lo mejor a él lo que le conviene es volverse 'izquierdista' para pescar también por el otro lado.

Es muy probable que la clave finalmente la tenga Juan Cassá, que sea el que pueda inclinar la balanza a izquierda o derecha, si es que no se pide él ser alcalde. Y si es que su partido le da autonomía para decidir. Ni que decir tiene que todo lo nacional influirá, que todo está abierto y que cómo evolucione la relación (el odio) Rivera-Sánchez puede tener repercusiones ad infinitum. En Málaga, Móstoles, Fuenlabrada o Villa Cipote.

El alcalde de Málaga ha corrido para hacer críticas veladas, suavemente, a Pablo Casado y a su propio partido, cuyo logo ha procurado esconder o arrinconar en no pocas citas electorales. No sabemos si va a llegar a tanto como Albiol en Badalona, en uno de cuyos vídeos de campaña se martillea con el lema «Yo voto a Albiol, no al PP. A Albiol, no al PP».

De la Torre apoyó a Casado frente a Sáenz de Santamaría, pero ahora se desmarca de él. No descartamos que De la Torre funde el delatorrismo. Se enfrenta a un escenario complicado en el que ha optado por alinearse en el centro. Antaño le preguntabas por su espacio ideológico y a veces se definía como socialdemócrata.

De la Torre, el munícipe por antonomasia, es una corriente, un partido, una ideología, una política, un liderazgo él en sí mismo y con su mecanismo. Es su propio delfín. A veces hasta se hace oposición a sí mismo, no descartándose él mismo como tercera fuerza de sí mismo que compite con la oposición que se hace a sí mismo. Falta que él escriba columnas a favor de sí mismo y contra sí mismo y luego en Twitter se pelee consigo mismo a cuenta de sus propias columnas sobre sí mismo. No vio Barrio Sésamo, ya saben, «solo, no puedes. Con amigos, sí».

A De la Torre le han preguntado en la Ser si Casado va a venir en Campaña y ha dicho que no, que «seguramente estará muy ocupado». Estas maldades vaticanas (hay que imaginarse a De la Torre acariciando un gato mientras paladea la frase) puede que sean en efecto y solamente una reacción espontánea, sin malicia; es que el hombre es así, sincero y claro. Siempre sincero y claro: contra los suyos. Y a degüello.