Cuando el 25 de mayo de 1999, el diario La Opinión de Málaga salía por primera vez a la calle lo hacía en un contexto de expansión del periodismo español, en el que nada hacía vislumbrar la crisis económica de la década siguiente. El periodismo malagueño recuperaba también por aquellos años de entre siglos el vigor que históricamente le había caracterizado, superando el monopolio periodístico de los años anteriores, y aumentando el número de cabeceras diarias como reflejo de una sociedad muy dinámica que ansiaba una mayor pluralidad informativa.

De la mano experta de su primer director, Joaquín Marín, el grupo Editorial Prensa Ibérica comenzaba así una andadura que ya alcanza su veinte aniversario, sorteando no sin dificultades un periodo de la historia reciente del periodismo español jalonado de numerosos cambios provocados por la crisis económica, pero también por la necesaria adaptación a los nuevos retos de las tecnologías de la información y de la comunicación que han transformado en los últimos años las formas de hacer periodismo. Es, precisamente, la apuesta digital del periódico una de sus principales fortalezas a día de hoy, algo que supo ver desde muy pronto Tomás Mayoral, el segundo de sus directores. Tras un segundo mandato de Joaquín Marín al frente del diario, que coincidió con los primeros años de crisis, en los que protegió a ultranza la profesionalidad del periódico, se hizo cargo de la dirección Juande Mellado, en un contexto adverso que supo atravesar con un alto grado de credibilidad social, y con un rigor profesional que la plantilla ha sabido conservar en todo momento. Desde el pasado año, José Ramón Mendaza, es el timonel de un gran periódico que ocupa un hueco incuestionable en el panorama informativo malagueño, afrontando los nuevos retos sin renunciar a cumplir con su función de servicio público.

Es cierto que el panorama mediático está sometido a un fuerte estrés provocado por factores muy heterogéneos que están condicionando su desarrollo: cambios en los modelos de negocio, bajos índices de lectura, nuevos hábitos de consumo, crisis de confianza en los medios, etc. Estos, y otros factores que no procede enumerar ahora, dificultan el trabajo de los medios de comunicación y depositan en ellos una gran responsabilidad social. En estas circunstancias, La Opinión de Málaga ha sabido llevar a cabo el periodismo de siempre, ético y riguroso, y defenderlo de las tendencias que tratan de convertirlo en un sucedáneo informativo o de distraerlo de los grandes temas de la ciudad y de la provincia. La Opinión de Málaga ha tratado de estar siempre allí donde la actualidad lo ha requerido. Una pieza fundamental de este trabajo han sido y son los propios periodistas. Un gran elenco de profesionales, egresados muchos de ellos de nuestra universidad malacitana, que unían a su juventud una gran vocación y una formación especializada que habrían de ser en el futuro la garantía del nuevo periodismo que desarrolle el rotativo. Los periodistas y colaboradores de La Opinión de Málaga han sido durante estas dos décadas una de sus principales señas de identidad. Su apuesta por un periodismo que elevara la información local a rango de bien común ha sido su principal forma de entender el periodismo; en el cual la opinión, haciendo honor a su título, ha ocupado siempre un lugar destacado, gracias a un plantel de colaboradores y de columnistas de reconocido prestigio que animan con sus ideas el discurso público.

En tiempos de incertidumbres y de falsedades el periodismo es, si cabe, más necesario que nunca. Ahora que el espacio de la comunicación ha sobrepasado para siempre sus fronteras tradicionales, y que la información recorre en las dos direcciones el ámbito de lo local y de lo global, los medios locales también pueden intervenir con facilidad en el debate global, contribuyendo igualmente a construir un espacio común de comunicación y de conocimiento. Frente a los que auguran su muerte, la supervivencia del periodismo, en cualquiera de sus soportes, es hoy una necesidad vital de las sociedades democráticas. Periodismo y democracia son dos instituciones sociales ligadas entre sí como vasos comunicantes, del que participan también los medios locales. Desde su aparición, éste ha sido el compromiso de La Opinión de Málaga que, como medio local de referencia, se ha granjeado las simpatías del público y el respeto de todos los medios, apostando por una información veraz y rigurosa y por una opinión defensora de la pluralidad, de la diversidad, y de los principios y valores democráticos. Enhorabuena a Prensa Ibérica, por mantener viva la llama del periodismo publicando La Opinión de Málaga, así como al director y a todos los profesionales que lo hacen posible. ¡Feliz 20 aniversario!

Juan Antonio García Galindo es catedrático de Periodismo de la UMA