Volodímir Zelenski, el presidente electo de Ucrania, busca portavoz. Así que el actor cómico, que acaba de arrasar en las generales, ha decidido hacer en las redes sociales un casting para ficharlo. Tentado está uno de colegir que son los nuevos tiempos de la política, tiempos de internet, gobierno abierto, populismo, bla, bla, bla. Pero no descarta uno que lo que ocurra sea simplemente que Zelenski pueda no estar en sus cabales. Políticos.

Dedicar un artículo a Zelenski un domingo, aún siendo el día que más prensa se lee, es hacer serias oposiciones (¿hay oposiciones divertidas?) a que no te lea nadie. Ya el nombre, Volodímir, ahí como primera palabra de la columna espanta al posible lector de la columna, que bien mirado, si ya se cansa porque la primera palabra no le gusta, o sea, no es sexo o chuletón, carapapa, oxímoron, majete o cuatricomía, tendremos que concluir tristemente que el lector es un impaciente. No, tampoco es buena cosa meterse con el lector, Dios nos libre. No vaya a tener uno que buscarlo en un casting. Como Zelenski.

El portavoz que busca ha de estar familiarizado con el periodismo y saber ucranio, ruso e inglés. En lo que a mí respecta estoy fuera, no cumplo casi ninguno de los requisitos. No me puedo familiarizar con el periodismo porque es muy arisco y cada vez que puedes vivir de él, él (el oficio) lo nota y se eriza y te da un puntapié o coz. A ti o a alguien que sí estaba familiarizado (con el oficio) y contigo pero que lo echan a la calle.

Volodímir Zelenski tiene cinco millones de seguidores en Instagram y ha vencido con tanta claridad presentándose como fresco, joven, ágil, distinto, implacable pero simpático, populachero, gracioso y no corrupto. Lo que no sé es como este hombre necesita portavoz. Hasta un humilde columnista de la España profunda escribe así de él, adjudicándole tales adjetivos. Para qué precisa vocero. La cosa no es como si en España se presentara Felisuco, que ya se presentó para no sé qué en Ciudadanos. La cosa tal vez sería como si se presentara Berto (pero con más chispa) o Toni Cantó cuando hacía «7 vidas» y con un partido propio. No ahora por Ciudadanos y solo en Valencia, no para todo el país. Ciudadanos también es muy de hacer casting y muy de apreciar al que se maneja bien en las redes sociales. Como Podemos. A veces se valora más de un perfil político que tenga muchos seguidores (para difundir una idea, se supone) a que tenga ideas. Una buena idea es buscar ideas en lugar de gente. Claro que, como nos dejó dicho Heisenberg, «las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen de ellas». El Gobierno español también busca portavoz. Iglesias se ofrece pero Sánchez no tiene prisas. Se valorará hablar ucranio.