El Málaga CF Femenino no pudo alcanzar ayer el sueño de la permanencia. No dependía de sí mismo, por lo que la meritoria goleada al Rayo Vallecano (4-2) que le regaló a una afición que de nuevo abarrotó las gradas tuvo el regusto más amargo posible. Hay despedidas y despedidas. La de la escuadra blanquiazul se ha fraguado con orgullo, con un épico partido ante el siempre combativo Rayo Vallecano y un empate a puntos con el Sporting de Huelva que aún hace más duro, si cabe, este descenso. El average perdido con las onubenses condenó a las malagueñas.

Esta experiencia en la Liga Iberdrola tiene muchísimo más de positivo que de negativo. Por primera vez las jugadoras malaguistas han podido reiteradamente lucir su escudo ante las cámaras de televisión, en abierto para todo el país. Y por primera vez en décadas se ha podido pelear de tú a tú contra conjuntos que han logrado abarrotar estadios de la Liga Santander.

Pero también esta campaña ha abierto una nueva época en el seno del propio club de Martiricos. La Fundación que tiene como baluarte al mítico Basti se ha encargado de abrir puentes hacia la ansiada igualdad en el deporte y ha organizado actos de firmas en los que un jugador del primer equipo y una futbolista del Málaga CF Femenino han compartido protagonismo en las mismas condiciones.

Somos optimistas ante esta despedida porque sinceramente confiamos en que va a ser un «hasta pronto». Basta con observar de cerca los valores que una veterana como Adriana Martín, autora ayer de un doblete, ha podido inculcar en la joven plantilla que ha tenido a Antonio Contreras como timonel.

Y en esto de observar de cerca, vaya fin de semana que han vivido algunos de nuestros paisanos en tierras gaditanas. Hoy habrá una buena representación malaguista en las gradas del Carranza, pero parte de ella viajó entre el viernes y el sábado para poder vibrar ayer con el enésimo triplete español en Jerez.

En las gradas del circuito, integrantes de la Peña Malaguista Conejito de Torrox «Duda 17» soñaban, mientras aplaudían al paso vertiginoso de Marc Márquez, Rins y Maverick, con una victoria ante el Cádiz tan vistosa como la de hace dos semanas en Alcorcón. Ellos, como cada uno de los abonados que se apresuraron a agotar las entradas disponibles para la grada visitante ante la nueva final de esta noche, se merecen igualmente un equipo con el que sentirse orgullosos. Más allá del resultado, de las carambolas que traerán o no la mejor situación posible para pelear por el ascenso, el Málaga CF está obligado a combatir,a dejarse la piel en cada jugada.

No todas las despedidas son iguales. Despedirse del sueño de la permanencia, del objetivo del ascenso, decir adiós en definitiva, tiene que conjugarse con la mejor de las predisposiciones. Porque nadie te reprochará nada si lo diste todo, si te fuiste con la cabeza alta por mucho que quedase la frente marchita.