Si yo fuera Juan Cassá pondría el grito en el Twitter. Daniel Pérez (PSOE) ha escrito una carta pidiendo un debate con De la Torre y éste ha redactado otra contestándole que sí. Luego dicen que Correos está en crisis. El intercambio epistolar tiene como objetivo organizar un cara a cara, lo cual ningunea a Cassá, que aunque líder de la tercera fuerza bien podría ser árbitro e incluso alcalde. Ciudadanos inclinará la balanza a izquierda o derecha.

Cara a cara. La estrategia de Pérez es interesante y lógica; la respuesta de De la Torre es la correcta, le lanzan un guante y él lo coge. Aunque conociendo al munícipe por antonomasia es capaz de coger el guante, saludarlo como si de humana mano se tratara, charlar con él, hacerle partícipe de la importancia de la buena financiación local (45 minutos) y pedirle el voto.

Cara a cara. Pero nadie piensa en el espectador, o sea, en lo quizá plúmbeo de la cita, ahí los dos, cara a cara, sin un Cassá ni un Zorrilla ni Rosa Galindo ni un Peláez para animar el ambiente o cotarro. Tomando cotarro en sus dos acepciones, qué pena de término en desuso, o sea, ambiente o situación de confusión e inquietud, pero también colectivo de personas en estado de agitación. Málaga es un cotarro dentro del cotarro general en el que estamos. Y lo que queda. La política de pactos se aminora y enfría aguardando qué sucederá en las municipales. Vamos a gobiernos locales de coalición incluso a tres bandas. Pero la ola lógica favorece al PSOE, que ha cantado victoria en la gran mayoría de municipios de la provincia. No en vano soñando están con la Diputación para la que el candidato oficioso es Pepe Bernal.

Si Dani Pérez fuera más taimado incluiría a Vox en estos debates, o sea, haría un Pedro Sánchez, pero a Pérez lo que le interesa al plantear el face to face es emerger como única alternativa a De la Torre, que a su vez es alternativa a veces a sí mismo y su delfín y su propia oposición. Yo veo a De la Torre debatiendo con De la Torre. Un poco más y recurre a Operación Triunfo para elegir un dos para su lista. En cualquier caso, un trabajo menor para un alcalde tan estajanovista, teniendo como tiene una tarea titánica en la que a lo mejor en este instante también está empeñado: esconder los símbolos de su partido.