Sobre quién va a cortar el bacalao hay muchas dudas de aquí al domingo que viene, donde la suerte estará echada en las urnas. La salazón era hace siglos el único mecanismo de conservación de muchos alimentos. En la Málaga romana, por ejemplo, que no olía a jazmines, se fabricaba con vísceras y sangre de pescado el garum, una salazón muy apreciada en todo el imperio que envolvía la ciudad con su fermentado olor. No fue hasta el siglo XVI cuando el bacalao se convirtió en la salazón por antonomasia, sobre todo en el norte de España. Los conquistadores la llevaron en sus barcos al Nuevo Mundo. También los barcos negreros. A los esclavos se les alimentaba con tiras de bacalao desalado. Esperaban en cola a que el capataz les cortara la suya. No había dos tiras iguales. El hambre convertía a quien cortaba el bacalao en la persona más importante. Y de allí el significado de la expresión popular.

BACALAO AL HORNO

En el PP, Pablo Casado está en el alero y con el cuchillo mellado tras la caída libre electoral que muchos le advertían por su abandono del centro para frenar el saqueo de Vox. Si el excesivo contorsionismo argumental que Casado está ahora exhibiendo -con el riesgo de descrédito de su ya mermada autoridad que ello supone- no frena la debacle del PP en las europeas, autonómicas y municipales, no parece aventurado pensar que otro cortará el bacalao en el próximo congreso del partido. Tampoco está claro lo de Ciudadanos. Porque no está clara la estrategia de Rivera que parece que él sólo ve tan clara, la de haberse convertido ya en el partido de gobierno del centro derecha en España sin serlo. Los sondeos siguen sin alumbrar ese sorpasso que, por ejemplo, tanto se exigieron a sí mismos los naranjas en las pasadas elecciones andaluzas y no consiguieron. Lo que sí consiguieron es minimizar ellos mismos un buen resultado ya que, al haber centrado su campaña en superar al PP, su ascenso electoral, como mucho, supo a poco.

BUÑUELOS DE BACALAO

Pablo Iglesias ni siquiera ha conseguido poner a alguien con verdadero tirón como cabeza de cartel de las europeas, allí donde dieron la campanada con cinco escaños de la nada. Campanada europea que debería haber sido la primera en tañer en su fracasado asalto a los cielos. O quizá ya no está en eso. Podemos se desangra con desgarros internos como el de Errejón, que mucho daño le hará en Madrid a los morados. Y ya veremos si allí, con tanta fragmentación en el abanico de partidos por la izquierda, se duele incluso Carmena, a pesar de que el tirón transversal de la alcaldesa y el voto útil a un PSOE que viene de cortar el bacalao en las generales probablemente sumarán en un pacto final. O quizá no.

BACALAO AL PIL PIL

El PSOE está en la cresta de la ola electoral. Aunque la ola tampoco sea la gran ola de Nazaré, ésa con la que sueñan los surfistas. Lo está, a pesar de que Sánchez viene de sufrir la primera derrota institucional. Una derrota, la de la designación de Iceta como presidente del Senado sin haberla pactado antes, evitable e innecesaria. Una raya más que sumar para quienes dentro del partido no aplauden que Sánchez haga las cosas cómo y cuando no son. Pero en los carteles han puesto un nombre, Borrell, que sí lo quieren mirar. Pese a que mucho se habló de que Sánchez enviaba al exministro a batirse el cobre en las europeas para quitárselo de encima en el Congreso y así ganarse a los independentistas catalanes, para quienes Borrell es un anticristo, la verdad es que, como Carmena, la transversalidad de su tirón electoral le puede funcionar muy bien en los resultados europeos del 26 M.

GAZPACHUELO DE BACALAO

Al veterano Francisco De la Torre también le pasa eso de la transversalidad. Es para muchos el único alcalde de Málaga (los jóvenes no han conocido otro). Para sus adversarios, en cambio, no es veterano sino vetusto. Alguien a quien hay que desalojar del Consistorio para que no supere las dos décadas dándole al bacalao con la vara de mando. Pese a todo, la fortaleza de De la Torre será un freno a la bajada del PP como marca en Málaga. Pero llegar al final de la campaña y salir 'indemne' le puede resultar más difícil que a quienes se tiraron sin freno por el clausurado tobogán de Estepona. Gobernar con el ciudadano Cassá -que no le perdona lo que él considera deslealtades- casi en frente y con un nuevo vecino al lado, que todo apunta que tendrá vox y voto en el salón de plenos, no será fácil.

BACALAO CON NARANJA

Además, un ilusionado Dani Pérez, cuya imagen sonriente en las banderolas del PSOE, salteada con la más madura de Borrell, empieza a calar en quienes no daban un duro por él, puede terminar ilusionando a quienes creen que el cambio es ya necesario. Pero, aunque el candidato naranja haya dicho que «por supuesto» también pactaría con él, habría de ser el PSOE la lista más votada. Eso o terminar siendo Cassá, si Ciudadanos suma más de lo que se espera, el que corte el bacalao... Porque hoy es sábado.