'Vender falsos paraísos', por Martín Sagrera Capdevila

Traicionando a cuantos conseguimos ahí nuestros títulos de buena ley, la Universidad de Barcelona, vendida al nacionalismo más corrupto, mendaz e insolidario, ha acogido el anticientífico y muy dañino discurso de la monja ultra separatista Teresa Forcades que, además de predicarnos ese falso paraíso político, también quiere «salvarnos» desde ese lugar de las vacunas, ofreciéndonos falsos medicamentos. Quisiera pedir al papa Francisco que interviniera, aunque no fuera sino en beneficio propio, para que no pareciera lógico pensar que era falso también, junto al político y sanitario, el paraíso religioso que defiende esa monja. Pero este papa acaba de nombrar para el arzobispado clave de Tarragona al cura que respondió que se fuera a otro pueblo a la parroquiana que protestó porque él colgó una bandera independentista del campanario. Sí, se trata del mismo papa que durante años había condenado, como es su deber, ese separatismo racista y totalitario; el papa que también ha hecho todo lo contrario de lo que prometió sobre los pobres, la corrupción económica vaticana, los pederastas clericales, los derechos de las mujeres, los gays, etcétera. Con razón acaba de afirmar que se lo pensará antes de venir a España, dado el recibimiento que le espera por parte de todos los defensores de los derechos humanos, incluidos los cristianos de verdad.