Finalmente me parece que no está nada mal el formato de las elecciones de hoy: una buena ocasión de pensar a la vez en lo más próximo (nuestro municipio y comunidad) y en lo que parece mas distante (el parlamento europeo), decidiendo sobre tres de las cuatro plantas de nuestro edificio de intereses, en las que reside el 90 % de las cuestiones concretas que nos atañen a todos. Ahora bien, en la más alta de las tres, la de Europa, reside también nuestra supervivencia económica futura (en un mercado de grandes unidades), nuestro peso en el mundo (dominado por grandes potencias), la supervivencia de una idea de la democracia y los derechos humanos (cada vez más arrinconada en todas partes) y hasta la misma paz entendida como ausencia de guerra (amenazada en Europa si regresan los nacionalismos). No sería responsable que dejáramos de implicarnos, votando, en esos asuntos.