Según el New York Times, el señor Mike Pompeo definió al Ártico como «tierra de oportunidad y abundancia». El señor Pompeo es, nada más y nada menos, el Secretario de Estado norteamericano. La máxima jerarquía política en la administración Trump, después del presidente y el vicepresidente. Asistía el alto dignatario a la reciente reunión de las ocho naciones que integran el Arctic Council. En este foro, se dirigió a su perplejo y distinguido auditorio, con un canto a aquella inesperada tierra polar de promisión, cada vez menos gélida, con sus temperaturas en alza. Ya convertidas éstas en vectores de una de las amenazas globales más inquietantes del cambio climático.

Según Mike Pompeo, la región ártica contiene hipotéticas y quizás inmensas reservas de petróleo, gas, oro y exóticos minerales. Que pronto aflorarían con el deshielo inminente de ese mar hasta ahora helado. Y con importantes ventajas extractivas, gracias a las nuevas vías marítimas que el deshielo abrirá para la explotación de tantos tesoros. Tesoros deslumbrantes que harían palidecer de envidia a los autores de las más fantásticas leyendas de la historia de la humanidad.

Esas manifestaciones sorprendieron a no pocos de los expertos presentes en la reunión. Entre ellos, a Nicholas Burns, el que fuera el prestigioso embajador ante la OTAN del presidente George W. Bush. El ilustre diplomático se limitó a comentar: «Éste es uno de los mensajes más desafortunados que se pueden lanzar en una reunión como ésta».

Este denso e imprescindible artículo del New York Times («Trump Administration Hardens Its Attack on Climate Science») se publicó el 27 de mayo de 2019 con las firmas de Coral Davenport y Mark Landler). En muy poco tiempo ha conseguido tener un notable eco en la comunidad científica mundial. Pienso que el texto podría ser un posible candidato al Premio Pulitzer. En él se exponen las nada sutiles maniobras de la actual Casa Blanca norteamericana para desacreditar a los científicos que nos vienen advirtiendo sobre la relación entre las causas del cambio climático y el calentamiento progresivo del planeta.

«Es lamentable e incluso está haciendo un gran daño el que la Administración Trump esté actuando de esta forma". Así nos lo advierte desde Alemania y a través del prestigiosos diario neoyorquino una voz tan autorizada como la de Johan Rockström, el director del Postdam Institute for Climate Impact Research. «Son obvias la arrogancia y la ausencia de respeto por los progresos de los trabajos de estos científicos. Debidas a la desmoralizadora falta de consideración de la Administración Trump con sus propios expertos y con las instituciones que éstos representan».