Juicio a los presos políticos españoles: más instintos que intelecto

Las conclusiones de la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la acusación popular (partido de extrema derecha Vox) han sido demoledoras, como era previsible, ya que se ha constatado que, sustentados por la prevalencia de la legislación española, avalada por el Rey en su discurso del 3 de octubre (como han citado repetidamente) los imputados deben ser acusados de los delitos de rebelión (por la violencia física/psicológica), sedición, pertenencia a organización criminal, malversación, desobediencia, etc. Y también, como manipuladores, ya que, según los acusadores, banalizando y menospreciando la voluntad popular, pues consideran ilegítimos los deseos de 2,3 millones de votantes, casi la mitad del censo catalán, a los que nos ven como dirigidos pseudo-delincuentes, actores de violencia física y psicológica. Y por todo ello, han solicitado una sentencia dura y ejemplar para que no se vuelva a repetir una situación como la juzgada

Dado que consideran la violencia psicológica, creo que es interesante constatar que, haciendo un símil con la segunda tópica freudiana, la acusación se ha basado en argumentos primarios/instintivos y racionales, pero, en modo alguno, argumentos elaborados intelectualmente, ya que ha faltado una visión con gran angular para contemplar la totalidad de la situación. Y cuando rige lo primario, suena más a una respuesta instintiva que intelectual.

Amadeo Palliser CifuentesMálaga