Hay noticias que espantan y otras que se ahogan en tu garganta. Recuerdo la foto en blanco y negro en el diario. Un niño estudiaba bajo la luz de una farola en la calle, porque en su casa no había electricidad. Después supe que un empresario árabe le ofreció ayuda económica. La otra noticia está localizada en Málaga. Una niña de ocho años salva a su madre, golpeada salvajemente por el padre de la pequeña, abriendo ésta la puerta a la policía en un descuido del bárbaro. No sé por qué me vienen a la memoria esas terribles canciones de Nick Cave. Baladas de asesinato de una crueldad inmisericorde. En dueto con la diva Kylie Minogue, cantó Where the Wild Roses Grow. Ella es la hermosa e inocente víctima, y Cave el asesino seductor. En su Ship Song escuchamos: Ahora tu cara se ha vuelto triste/porque sabes que ha llegado el momento/en que debo quitarte las alas y tú tienes que tratar de volar.

Las dos historias anteriores tienen un resultado feliz, pero hay una tercera que espero vivamente que también. Me refiero a esas cuatro maestras que se burlaban de otra niña, ésta de siete años, con trastornos de autismo. Si las primeras noticias se confirman, hace falta ser muy malas, no basta un poquito. El consejero Imbroda espera los resultados de la investigación. Ahora bien, que la pareja de un alto cargo, también de Educación, grabe un vídeo en el despacho de este director general mientras trabaja y proponga un cambio en la decoración para decirle seguidamente «di hola, cariño», bueno... Él no cayó en lo que vendría después, el vídeo es el que se les ha caído encima, ¿accidente laboral o doméstico?

Pero volvamos. En las mismas fechas, Pablo se lamía las heridas de su nueva derrota. Fue tan valiente que no compareció en la última noche electoral. Eso es dar la cara. Y es que sus fracasos son las victorias de los demócratas. Hay que ver cómo, en tan poco tiempo, lo nuevo se ha hecho viejo. Aunque se sigue buscando el elixir de la eterna juventud, ya conocemos la pócima antitética. Por cierto, qué peliculón «El curioso caso de Benjamin Button», una historia de F. Scott Fitzgerald, con Brad Pitt y Cate Blanchet en los papeles principales, qué historia de amor a través de un tiempo al revés. A propósito, hay medios que en sus piruetas progres se superan, así una crítica de cine de «Los hermanos Sisters», en la que leo que «acaba con el vaquero machirulo», término acuñado por la fábrica nacional de tontos y timbre. Si John Wayne se levantara de su tumba en New Port Beach€ claro, es que el autor del texto ha visto mucho cine.

Pero para qué darle leña a Pablo si tenemos a mano a Vox. Qué arte tiene la izquierda, que ha convencido a la derecha que Vox es extrema derecha y ahora le dificulta los pactos del llamado trifachito. Lo que tenemos que celebrar son elecciones a doble vuelta y dejarnos de pamplinas y que las mayorías salgan de los ciudadanos para evitar el intercambio de estampitas. Pero no quiero perder el hilo, creo que era Winston Churchill el que decía que los fascistas del futuro se llamaban hoy a sí mismos antifascistas, pero también podría ser, perdón sir, que los que se llaman antifascistas son ya los fascistas. Es una conocida técnica de cambio de identidad, para despistar. Y es que se trata de la política nacional, el callejón del gato, con sus espejos cóncavos y convexos y esas figuras de esperpento reflejadas en su superficie bruñida. Qué mejores imágenes que las maniobras de los pactos antes del próximo quince. Las criaturas están agotadas de tantas sentadas.

Pero la fortuna siempre sonríe si sabemos mirar bien. El Clarence reabre en Torremolinos como el mayor club de jazz de España, después de haber abandonado su inicial morada en calle Cañón, en Málaga. Un templo del jazz que convivió con el gran templo catedral cogidos de la mano. Antes, nuevo almuerzo en Lereo -muy recomendable su finísimo ajoblanco- de la Tertulia del Congreso de Málaga. Emilia Rengel, del grupo ANP, habla de cómo afrontar el acoso laboral, que se da en sus versiones descendente, ascendente y horizontal, tridimensional, vamos. Escribió Manuel Machado, más modernista que nunca:

Y brota en los labios soberbia y sencilla,como brotan el agua en la fuente,la sangre en la herida.