Francia no es España, España no es Francia y hay que aprender de la nación vecina según qué cosas. Se ha hablado siempre, como un valor, de su sentido de Estado, y tal vez lo sea, aunque la falta de sentido de Estado puede ser también un valor social. El caso es que el sentido en cuestión era difícil de explicar hasta que Manuel Valls, ex primer ministro de Francia y concejal electo por Barcelona, lo ha dejado claro con su decisión de apoyar a Ada Colau sin contrapartidas (y sin pedir permiso a su partido) para que no gobierne Barcelona el independentismo, y con su crítica a las 'relaciones' de Ciudadanos con Vox en Madrid, en línea con la doctrina del llamado 'cordón sanitario' a la extrema derecha nacionalista. Valls nos acaba de enseñar también la importancia política del municipalismo, que no es un escalón menor en la pirámide del Estado, sino el escalón básico. Un honor, ciudadano Valls.