Ascensores subvencionados

No es la primera carta que escribimos en su sección, ni es la primera queja de otros propietarios de pisos que se quejan de las subvenciones de los ascensores por parte de este Ayuntamiento.

Llevamos un año, sí, un año, con sus 365 días desde que se empezó la obra y todavía está manga por hombro.

Tenemos solamente la estructura y todo lo demás por alto, materiales, accesorios, portal intransitable y cómo no, el odiado polvo que lo ensucia todo.

Cuando una persona emprende una obra (del calibre que sea), queda de acuerdo con el constructor, y hasta que no finaliza dicha obra, no se termina de pagar. Eso es un salvoconducto, si no se termina, no se paga.

En nuestro caso, es todo lo contrario, el Ayuntamiento cobró dicha obra hace tres años, sí, como lo oyen, tres largos años y no tenemos más fuerza que contar los hechos en este periódico.

Tampoco ha servido recurrir a la educación con «un por favor», ni que hay gente mayor, ni por caridad... Ni por pesadez, nada de nada.

Me gustaría que alguien nos explicara cómo funciona el Ayuntamiento, o es que tenemos la negra y nos han tocado todas las plagas de Egipto.

Queremos una explicación que nos convenza y se sostenga en algo. No me vale irse pasando la pelota de unos a otros.

Es vergonzoso este sistema de trabajo.

Uno de los vecinos ya no podrá usarlo, le ha dado tiempo en este largo proceso a fallecer y los otros están mayores y eso fue el motivo de meternos en la subvención, por ellos.

¿Podrá usarlo alguien?

Soledad Aguirre PérezMálaga