Valls no es de los nuestros, no está en el secreto de las cosas, querría explicar a los suyos Rivera, e intentarlo incluso con Macron, pero no sabe. Los políticos de hoy saben poco de historia, o sea, del «de dónde venimos», y así les cuesta saber a dónde van. Marine Le Pen es una nieta de Petain y el Gobierno de Vichy, mientras que Vox es hijo del franquismo. El petainismo, tras la derrota del nazismo y la ruptura plena de la IV República con esa línea espúrea y fascistoide de la III, fue condenado sin ambages (a muerte el propio Petain, aunque libraría por edad), mientras que el grueso del franquismo se recicló sin mayores problemas ni reprobaciones en la democracia española de 1978, dejando atrás solo una nostalgia, un eco, unas brasas, que son las que ahora ha hecho rebrotar el separatismo. Vox es más nuestro que Valls, querría decirle Rivera a Macron, pero no se atreve, o no sabe.