LA MUERTE SILENCIADA

Soy la madre de Pablo. El día 2 de julio hará un año que Pablo, mi único hijo, se suicidó. La muerte por suicidio es llamada la muerte silenciada y es así, periodistas, políticos, educadores, policías , sanitarios y la sociedad en general, hacen que la muerte de unas 4.000 personas al año en España, (once al día), queden silenciadas por temor al suicidio por imitación, hecho este no demostrado. Una campaña de prevención del suicidio hecha por profesionales de distintos ámbitos ayudaría a la sociedad . Dicha ley, además de ayudar y orientar directamente a un posible suicida, podría advertir a las personas de su entorno sobre posibles señales que detecten que una persona es suceptible de suicidio. También esta ley podría trabajar no solo en la prevención de cara a la persona que muere, sino en la atención de las personas afectadas que quedan tras la tragedia, para que el duelo sea lo más llevadero posible y no se convierta en un duelo patológico, que impida el desarrollo normal en la sociedad, y serviría para que las personas que nos rodean, familiares, compañeros de trabajo, vecinos, etc, comprendieran mejor nuestro proceso de duelo y nos ayudaran , no que lejos de consolarnos, lo que hacen, supongo que por desconocimiento, es hacernos más daño, al no saber como tratar la situación.

La persona que se suicida no quiere morir, solo quiere dejar de sufrir, y cuando lo hace deja un dolor insoportable a su alrededor. Para mi hijo Pablo y su familia ya es tarde, pero no ha de serlo para las personas que sufren en estos momentos y sus familias. Podemos ayudarlos entre todos. Espero que usted no silencie esta carta.

Carmen Gálvez JiménezMálaga