Curzio Malaparte, legendario escritor y periodista, fue, con Indro Montanelli, uno de los grandes italianos del siglo pasado. Un día invitó al dirigente comunista Palmiro Togliatti a visitarle en su casa de Capri. Era ésta un hermoso y austero edificio, a unos pocos metros del Mediterráneo. Las cristaleras se le llenaban de las huellas del agua salada en los días de temporal. Entraron en la biblioteca. Togliatti miró a su alrededor. «Allí tiene usted un buen cuadro de Dufy», le dijo a su sorprendido anfitrión. Algún tiempo después contaba el escritor que «un capo comunista che riconosce un Dufy a trenta passi» se merece un respeto. Tanto que Malaparte se embarcó en un cambio radical de sus relaciones con la izquierda italiana.

Estos días he estado leyendo la excelente nueva traducción al español de Kaputt, la obra capital de Curzio Malaparte. Al que menciona con devoción en una reciente entrevista en El Diario el profesor Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional y uno de los fundadores del Ciudadanos primigenio. Le preguntaron: «¿Lo que pasó en Cataluña en octubre de 2017 puede ser tildado de golpe de estado?»

No se anduvo por las ramas el ilustre académico: «Naturalmente. Pero tenga en cuenta que el golpe de Estado no está en el Código Penal. Es un concepto teórico. Pero si lee a Curzio Malaparte, verá como en su libro sobre el golpe de Estado prácticamente éste es muy parecido».

Y no es casualidad que esta evocación de Malaparte me lleve hoy a la antigua sede malagueña de Correos y Telégrafos. Ese palacio neomudéjar, felizmente convertido en el Rectorado de nuestra admirable Universidad de Málaga. Allí se honraba el pasado martes la trayectoria de un prestigioso periodista andaluz: Juan de Dios Mellado. Allí este buen amigo, Juan de Dios, presidente del Consejo Social de la UMA, quiso poner el broche de oro a la última etapa de su densa carrera en el mundo de la comunicación con mayúscula. Pero más que una despedida fue aquel acto una renovación de sus votos de servicio a Andalucía y a su gente. Rubrica la trascendencia del encuentro la generosidad del legado de su valiosísimo archivo fotográfico a la Universidad de Málaga. Larga y fecunda es la vida profesional del maestro Juan de Dios Mellado. Escritor de altos calibres y editor imprescindible de obras muy importantes. Sabio experto en turismo y sobre todo, eminentísimo y gran periodista. Como botón de muestra, sus decenas de miles de artículos magistrales, entre ellos los publicados en esta casa, La Opinión de Málaga.

Es obvio que sus nuevas etapas serán tan importantes y sobre todo tan fecundas e inteligentes como todas las anteriores. Por eso le envío desde aquí un fuerte abrazo y mi modestísima felicitación. A él y a toda su familia. Sin olvidar hoy a su hermano. Víctor Mellado, también periodista egregio, el que nos dejó en plena y prometedora juventud. También fue como un hermano mío, además de inolvidable y sabio amigo.