Déspota Trump

Un ‘guapo’, que pesaba 150 kilos y medía 2 metros, vivía en Málaga de las 300 tabernas y una librería hace 60 años y era el terror de la capital. Varios de sus dientes enfundados con oro llamaban la atención. Se dedicaba entre otras cosas a doblar barras de hierro macizo y mover camiones con cuerdas que él trincaba con la boca en los espectáculos como en los circos, ferias y plazas de toros. Llevaba siempre una corte de aduladores consigo a su alrededor, presumía de ser el más macho y fanfarroneaba de lo que tenía. Se dedicaba al extraperlo también en el puerto de Málaga cuando no tenía compromisos en aquella industria del entretenimiento. Todos tenían que aceptar sus invitaciones a vino y aceitunas partías si querían vivir con los huesos sanos. Éste acudió en la taberna la Campana, que está frente a la iglesia de San Pablo en la Trinidad, un día y dio orden al tabernero: «Ponga un pintaíto -que es mezcla de vino blanco con vino dulce- a los que hay en la taberna». Pero ahí coincidió con Bartolo ‘del Muelle’, quien era tranquilo como un mastín debido a su veteranía bélica, muy parecido a Gary Cooper, e injirió cuando el camarero le iba a llenar el vaso: «Yo pago mi vino». El guapo: «Tú te vah a tomá er vaso de vino porque lo mandan mih cohoneh o te parto la boca ahora mihmo». Nuestro Cooper sacó una aguja que usaba para coser sacos en el puerto y le perforó la tripa de abajo a arriba. La noticia de aquel hecho se propagó en Málaga. Nuestro Sansón salvó su vida pero dejó de ser el Trump de Málaga. El Trump actual ha ordenado a Pedro Sánchez que se siente en su sitio últimamente en una cumbre. Lo tenía que haber cogido del cuello para quitarle esa arrogancia pero ha demostrado ser un hombre light. Ése no tiene agallas ante Putin. La pasionaria decía: «Prefiero morir de pie que vivir arrodillada ante un carcamal».

Bartolomé FloridoTorremolinos