Si hay que poner una fecha del gran cambio de la ciudad de Málaga, habría que remontarse 20 años atrás. Fue allá por el año 1999, cuando se empezó a poner en marcha la maquinaria que iba a hacer de Málaga una ciudad de primera división. De ser una ciudad basada en la economía del ladrillo y en el binomio sol y playa, hemos dado un gran salto cualitativo, y nos hemos convertido en una ciudad cultural, cosmopolita y tecnológica.

Adicionalmente, Málaga ha vivido una transformación radical en su fisonomía haciéndola más atractiva al ciudadano, al visitante ocioso y al que busca un lugar para invertir y para vivir: peatonalización de calles y avenidas principales, apertura del Muelle 1 al ciudadano y al turismo de cruceros, soterramiento de vías ferroviarias, y el metro que, aunque sigue inconcluso en Avda. Andalucía, herida de la ciudad que urge cerrar cuanto antes, se convertido en realidad palpable en la mayoría de los tramos.

Málaga, tras la gran crisis que nos azotó a todos, como empresa que resurge cual ave Fénix, ha sabido reinventarse, y aportar valor añadido a su oferta como ciudad.

El pilar cultural ha sido clave para darle un carácter cosmopolita. Museos como el Carmen Thyssen, El Pompidou, o el Museo Ruso, han posicionado a Málaga a nivel internacional. Grandes jugadas estratégicas que, como en el ajedrez, nos aventajan, y nos sitúan al nivel de otras ciudades españolas como Madrid, Valencia o Barcelona. Así, Málaga está considerada como la ciudad cultural del Sur de España y de Europa.

De manera simultánea, la apuesta por la innovación, por el concepto de ciudad tecnológica amparada dentro del término "Málaga Valley", también han logrado calar a nivel global, haciendo que multinacionales pongan sus ojos en nuestra ciudad como enclave para hacer crecer sus negocios y atraer talento local y extranjero, siendo el Parque Tecnológico el lugar preferido para estas firmas. No en vano el PTA, que ha superado los 2.000 millones de facturación con más de 20.000 empleados, ha sido incluido recientemente en el catálogo de los Digital Innovation Hubs europeos, elaborado por la Comisión Europea. Muchas son las muestras de esta realidad: Oracle, IBM, Ericsson, entre otras, representan ya el 40% de la facturación que se genera en la tecnópolis malagueña. Y ahora Amazon, aunque en otra localización, los terrenos de ADIF en los Prados, también ha seleccionado nuestra ciudad para ubicar una de sus plataformas logísticas internacionales.

La apuesta tecnológica, es la que más proyección y reconocimiento internacional nos ha otorgado. Empresas locales de talento malagueño, con proyectos realmente innovadores, han sido pieza clave en este aspecto, construyendo un ecosistema tecnológico que ha generado sinergias, y ha despertado el interés de compra o participación de multinacionales como Google. Ha sido mucho el trabajo dedicado por parte de instituciones, y empresas privadas para situar al sector tecnológico como el tractor del resto de sectores, para ser una ciudad atractiva y más competitiva a ojos del inversor, con un proyecto de futuro de largo recorrido. La innovación es un factor transversal que se hace común en cualquier ámbito, y si a esto le sumamos el apoyo a la creación de empresas innovadoras y la investigación continua liderada desde la UMA, la apuesta es a caballo ganador.

No obstante, habría que seguir trabajando en la mejora de infraestructuras. Los accesos al PTA, son la asignatura pendiente de esta ciudad, que no puede permitirse el lujo de "embudar" su crecimiento tecnológico y su proyección e imagen internacional por una vía de entrada y salida insuficiente para este enclave, haciendo peligrar la llegada o permanencia de estas firmas en él. Porque es mucho lo que nos jugamos, y mucho lo que se ha trabajado para posicionarnos como ciudad emprendedora, tecnológica e innovadora, que crece y va a seguir creciendo.

Queremos que Málaga siga siendo la niña bonita del Sur de Europa. Porque tenemos, junto a todo lo anterior, un clima envidiable, una gran oferta cultural y de ocio, y unas muy buenas conexiones que ofrece la capital con el AVE y el aeropuerto. Todo suma y es una realidad que esta ciudad es un lugar inigualable para invertir, y para la llegada de talento internacional, elegida por multinacionales por encima de Madrid o Barcelona. Sigamos potenciando la marca Málaga dentro y fuera de nuestras fronteras, pues es beneficio y proyección de futuro para todos.

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