La alcaldesa de Marbella ha invitado a Obama a visitar el municipio. Yo creo que a Ángeles Muñoz le pega más invitar a un conservador que a un demócrata, tal vez a Bush, al que quede vivo de ellos. O no. Mejor, al mismísimo Trump, que es el prototipo de turista-cliente ideal de algunos de esos locales o paisajes del gilismo hortera, barrigón y de nuevo rico que aún subsisten en mi pueblo. Merdelloneo ad hoc. Trump en bañador escaso de tela con cadenón posando bajo el estatuón de Banús. Lo veo.

No sabemos si Obama va a venir, ojalá, pero sí que esto es una eficaz y audaz maniobra publicitaria de la alcaldesa, que consigue que se hable de la ciudad, si es que además de este artículo alguien habla algo, claro. A la ciudad sin embargo, tampoco le vienen mal los hechos. Y menos palabras.

Sin embargo, los munícipes de nuestra nunca bien ponderada provincia podrían imitarla e invitar a gentes de relumbrón para alegrar portadas, publicitar destinos y dar que hablar.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, afrancesado e ilustrado culturalmente, podría invitar a Macron, por ejemplo. Si viene, bien. Y si no, se ha ganado el sueldo publicitando a Málaga, que para eso se lo acaba de subir un 13 por ciento. De la Torre, no Macron. Lo que no sé es como a De la Torre se le ha escapado Woody Allen. San Sebastián se ha llevado el gato al agua. El gato es Allen, que ya hizo una peli subvencionada ambientada en Barcelona, que por cierto resultó un truño memorable. Hay que estar más atento, alcalde, no podemos hurtarle al séptimo arte unas escenas dirigidas por el genial neoyorkino con Antonio Banderas tomando un Coca Cola en Pedrega. Por ejemplo. José Ortiz, regidor de Torremolinos, podría convidar a Brigitte Bardot, que aunque se ha convertido en una vieja cascarrabias, fue mito sensual y torremolinense pionera. Con lo que se está gastando en asesores, tránsfugas y cargos bien podría meterla en nómina y que regentara una oficina de turismo en la localidad. Vuelve Brigitte, podría ser el eslogan.

Invitar es un placer sensual. Sobre todo si es con dinero público. La invitación a Obama, cuya mujer prefirió Málaga, Benahavís o Ronda, debe aclararse si es a hostal y churros o a gran hotel y bufé desayuno. Con los huevos cocidos en su punto, bacon de primera. Albornoces de lujo con escudito en la pechera. Marbella es uno de los mejores destino del mundo, a mi juicio, y no sé si le hacen falta estas cositas, supongo que sí; el famoseo siempre ha granjeado publicidad a los destinos. Ese famoseo aristocrático de los viejos tiempos, permutado luego en famoseo cutre, futbolero, gilista, pantojil, macarruno. Ahora las estrellas a cazar turísticamente son políticos o expolíticos. No sé si estamos degenerando.