Qué nos va a pasar siendo así. Un tío que hace como que va a cagar en una manifestación es entrevistado con éxito en la tele. A una chica que casi no podía moverse por culpa de una escoliosis grave la han operado en Carlos Haya, en Málaga, con una técnica que trata de evitar radiación para el paciente y utiliza la impresión en 3D. Con la impresora realizan un molde de la columna, posicionan sobre él los tornillos necesarios para ajustar con menor riesgo y lo mejor posible las vértebras del paciente. No es la única noticia verdaderamente relevante de la semana, pero no sé qué cara tiene el responsable del equipo de Cirugía Ortopédica y Traumatología del hospital regional. Quizá si se hubiera puesto a cagar en el quirófano habría salido en todos los programas de información general...

Sergio

De las declaraciones del propietario del culo más famoso de España, un tal Sergio, que aparentó cagarse ante los asistentes de Cs en la manifestación del Orgullo de Madrid, escojo esta frase que dijo en el programa Todo es mentira, de Cuatro TV: «Sólo intenté hacer una protesta, parece que a este país solo le gusta este tipo de tonterías». No sé si estamos como país ya en esa tesitura. Creo que no. Pero tampoco idealizo a la gente ni al pueblo ni a nadie por el mero hecho de ser gente o pueblo o alguien, como hacen otros de manera populista para ejercer de guía y que sus seguidores o votantes no sean más críticos ni autocríticos ni asuman responsabilidades individuales sobre sus pensamientos, palabras, obras (incluido en ellas el ejercicio del voto) y omisiones (incluido en ellas el hecho de no votar). La frase de Sergio tiene el tono de una lamentación. Quizá es al dueño de ese culo gordo y peludo, como él mismo lo describe con orgullo para exorcizar «la homofobia y la gordofobia», a quien le gusta enseñarlo cuando surge la reivindicación que él considera adecuada.

Sumar

Tampoco echaría a nadie de ninguna manifestación que no asista para reventarla. Jamás echaría ni hostigaría a ninguna mujer de ninguna manifestación feminista por el mero hecho de pensar políticamente distinto a las mujeres que la organizan. La política partidista es una cosa y los cambios sociales y culturales de gran contenido político son otra. Sumaría su presencia al peso de la reivindicación general. Incluso les recordaría a ellas su asistencia si posteriormente esas mujeres defendieran algún tipo de discriminación de las mujeres, para que quedaran retratadas y obligadas. Por la misma razón, jamás habría hostigado a los políticos de Ciudadanos en la marcha del Orgullo. Los derechos no son de unos cuantos, incluso aunque los méritos en la consecución de esos derechos sí sean más de unos que de otros.

Provocación

Tengo amigos valiosos que no piensan como yo. Incluso una amiga a quien leo con devoción que cree que si Ciudadanos pacta con Vox debe asumir el desprecio en la marcha LGBT. Pero no comparto su visión. Cuando Rivera (con los chistes sobre su hospitalización por gastroenteritis tampoco me parto el culo, que no pienso enseñar para alcanzar la fama) y los suyos fueron en mayo al pueblo de Josu Ternera a «provocar», yo no me sumé a sus palmeros. Pero lo que de verdad me espantó al verlo en directo fue el efecto que la «provocación» produjo. La necesaria presencia policial, el odio, los abucheos, las sirenas, los bocinazos, las secuelas del terror y el miedo que podía intuirse en quienes también gritaban, pero no tan desencajados ni tan fuerte como los demás. Se han cumplido 22 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Pero el pueblo del etarra sigue siendo uno de esos lugares pequeños de las novelas de Stephen King, apartados, rurales, poco poblados, pero donde no se cabe...

Te te te

Puede parecer que es fácil hablar de estas cosas desde Málaga. Pero no crean, no es tan fácil. Son terrenos sectarios, crispados, de contigo o contra mí, de los míos o de los suyos. Prohibido tocar. Te miran, te anotan, te quieren, te odian te te te... Qué nos va a pasar siendo así. Nos cuesta pactar porque no dejamos de ver al de enfrente como un enemigo. Quizá sea el gen de la historia de confrontación civil de siglos entre los españoles o entre los habitantes de las Españas o las castillas, los aragones, las cataluñas, las navarras, los taifas... Un gen que reventó en la horrorosa catarsis de la Guerra Civil en los años 30 del siglo XX. Un gen que, aunque herido, desde entonces, aún hoy nos condiciona.

Goya

Pero escribir desde Málaga y en fin de semana te hace ver las cosas no de culo sino de cara. Y más cuando dicen que, aunque cuesta mucho producir esa gala, hasta los Goya pueden venir a Málaga. Porque, además del Festival, Málaga «tiene una cultura impresionante, un aeropuerto que funciona como un reloj, un AVE maravilloso y un clima espléndido», ha dicho la nueva consejera de Cultura de la Junta, Patricia del Pozo, que es quien tiene que apoyar al alcalde en la decisión final. El sueño de la razón produce galas...

Porque hoy es sábado