El nuevo PSOE del duelista Sanchez es, sobre todo, el efecto de un relevo generacional sin contemplaciones (una gran empresa lo hace a cada tanto, y suele funcionar). En lo demás es el PSOE de siempre, el que hicieron González y Guerra: fuertemente cohesionado a la hora de la verdad, implacable con el disidente, del todo fiable en asuntos en que el Estado o la nación puedan estar en juego, muy europeísta, bastante sectario, y dando una de cal y otra de arena en el siempre difícil equilibrio entre ortodoxia economica y justicia social. Lo de veras nuevo es Sánchez, o sea, su peculiar talento para dar con el "momentum" de cada cosa, su sonriente frialdad, las buenas palabras con que viste una extrema dureza y su fe en que el valor suicida suele convocar la buena suerte (¿evoca en ésto más a Adolfo Suárez que a González?). Pero en un duelo se juega contra la suerte del otro duelista.