Viendo juntos, uno al lado del otro, a Sánchez e Iglesias, nadie diría que esas dos personas puedan llegar a entenderse. No es un asunto de anatomía, ni de indumentaria, ni siquiera de estética capilar (siendo como es tan opuesta). Es un asunto, por así decir, de respiración, y por tanto de tempo, de ritmo vital: físico, mental y espiritual. Podríamos buscar animales que los representen para entender esto mejor. Sánchez es un felino de buen tamaño, sabe estar parado y en tono bajo hasta que llega el momento de acercarse a su víctima y saltar sobre ella, para luego recuperar el reposo. Iglesias podría ser un ave rapaz o un córvido de talla mediana, sólo está bien de veras en vuelo, en busca de presa o restos, y su cabeza no puede estarse quieta. Si acaban llevándose sería uno de esos raros casos de colaboración entre especies.