Esta es la historia de James Kenyon Davenport a quien la fama le llegaría quizás con un poco de retraso. Tal fue la demora, que hubo de esperarse más de un siglo para que su nombre quedase reflejado con los debidos honores dentro de la primera página que se escribió sobre la maravillosa memoria del fútbol.

«Kenny», como así lo llamaban sus más allegados, nació el 23 de marzo de 1862 en la pequeña población de Deane situada dentro del condado de Lancashire. El zagal, a pesar de su corta estatura, estaba dotado de una tremenda fuerza física y pasaba largas horas junto a sus amigos por las calles del pueblo golpeando a un esférico forjado a base de trapos sucios y viejos, que de tarde en tarde le cosía su madre.

A aquel juego que practicaban los más jóvenes del lugar y que aún estaba por definir, le llamaron foot-ball (balón-pie) y, aunque unos cuantos años antes, justo el 26 de octubre de 1863 y entre litros y litros de cerveza en la Freemason's Tabern se establecieron las primeras bases de este «loco» pero divertido juego, todo quedaba a expensas de su proyección futura que llegaría en 1880 con la creación del primer reglamento fijo.

Hubieron de pasar unos cuantos años más para que el 8 de septiembre de 1888 se viese cumplido el sueño que aquel niño inquieto tuvo veinte años atrás, y es que ese día en Inglaterra dio comienzo el primer campeonato oficial de futbol del mundo denominado, Football League.

Eran las 15.45 horas de la tarde y con los nervios a flor de piel se daba el kick off al partido Bolton Wanderers vs Derby County en Pike's Lane. De repente esos nervios iniciales desaparecieron de un plumazo cuando Kenny, ya convertido en Mr. Davenport, inició una veloz incursión por la banda dentro de su posición natural como extremo derecha y tras recibir un pase medido y realizar un control perfecto, consiguió alojar el balón en el fondo de las mallas de «The Rams». Los Wanderers acababan de anotar su primer gol oficial de la historia justo a las 15.47 horas. Pero aquel día los visitantes vencerían por 3-6, a pesar del doblete de Davenport.

Mientras tanto en el Villa Park de Birmingham, Gershom Cox desafortunadamente anotaba a los 31 minutos de juego -la hora exacta del gol fueron las 16.01 horas- el primer gol del Wolverhampton en propia meta. Aun así los Villanos lograrían remontar y vencer a los Wolves por 2-1. El partido previsto para las 15.00 horas había comenzado con media hora de retraso por lo que el primero en finalizar había sido el de Pike's Lane.

Tradicionalmente se había pensado que el primer gol en los anales del fútbol lo marcó Cox en un own goal, pero en realidad tal honor y con 125 años de retraso -según las investigaciones llevadas a cabo por periodista inglés Robert Boyling-, debió recaer en James Kenyon Davenport, aquel chaval que vio cumplido su sueño de la infancia de algún día ser jugador de fútbol y aunque más bien tarde que temprano, la cronología del deporte rey por excelencia le han puesto en el sitio que verdaderamente le corresponde.

Aquella, la primera temporada oficial del fútbol, jugaría los 22 partidos de liga y anotaría 11 goles para su equipo, convirtiéndose en uno de los jugadores más destacados del campeonato. Sus habilidades y destrezas le valieron para ser convocado con la selección inglesa en 2 ocasiones, una en 1885 -curiosamente antes del comienzo del primer campeonato- y otra en 1890. Se retiró del fútbol profesional en 1893 para ejercer como entrenador en las categorías inferiores de su equipo del alma.

«Kenny» fallecería prematuramente el 27 de septiembre de 1908 a los 46 años de edad, aunque su gran hazaña quedará registrada esta vez sí, y a pesar de la demora de tantos años, como aquella que abrió el camino al maravilloso espectáculo que con el paso del tiempo se ha ido convirtiendo el fútbol.

El 22 de noviembre de 2016, se inauguró una placa en Bolton para conmemorar el logro de Davenport al marcar el primer gol de la Liga. Ahora ya sí que podrá descansar en Paz.