La International Board, ese especie de Tribunal de las Aguas del fútbol, donde ocho personas (cuatro de FIFA y cuatro de las federaciones británicas) deciden los cambios que van a marcar el futuro de los partidos a partir de esta temporada 2019/20, ha dado una pequeña vuelta de tuerca a las reglas del balompié y nos ha entregado un saco lleno de regalos para que podamos discutir en y fuera del campo.

En serio, son distintas reglas que modifican o añaden elementos que parecen menores, pero que van a delimitar otra forma de jugar al fútbol. Y es bueno que el aficionado (y ya no digo los jugadores) sepa de qué estamos hablando antes de que le dé un achuchón por pelear con el vecino sobre si es o no reglamentario. Así, vamos a ver las más importantes.

En primer lugar, el llamado «bote neutral», que ya no será eso, neutral, sino que cuando se pare el juego, el árbitro volverá a dejar caer la pelota en el mismo lugar donde se tocó por última vez por el jugador del equipo que la perdió, teniendo que estar todos los jugadores, salvo éste, a cuatro metros mínimo. Por lo tanto, la ventaja perdida se vuelve a recuperar en parte.

En segundo lugar, aparece un gran desconocido como es el «tocar el balón con la mano o el brazo». Ahora ya no solo será el deliberado el que sea sancionado, sino también el accidental, y será falta (o penalti si es en el área) siempre que o el balón fuera hacia la portería, o que se tocara para marcar o «creando» una oportunidad para marcar (aquí el VAR será de mucha ayuda), cuando el brazo o la mano esté por encima del hombro o si el brazo o la mano se han alargado creando un cuerpo «antinatural». Esto último es de carrera universitaria...

Además, no será falta si el cuerpo no es «antinatural» o si se cae al suelo el jugador salvo que la mano o brazo se haya «extendido» para que su cuerpo fuera más grande y, por lo tanto, antinatural. El VAR ayudará, por supuesto, pero ya veremos cómo se aplica esa naturalidad o no...

El tercer cambio es el saque del portero, que podrá hacerse dentro del área, por lo que no estará obligado a salir el balón de la misma y, eso sí, los contrarios no podrán entrar en ella.

En cuarto lugar, en las faltas, si hay tres o más jugadores en una barrera, ya no podrán estar los adversarios en la misma, con esa bonita confusión y golpes que se daban hasta ahora.

Las llamadas «faltas rápidas» son el quinto cambio. Aquí hay que ser ingeniero (modo broma por si se enfada alguien) porque si el árbitro, tras una falta, está por sacar una tarjeta amarilla o roja, pero aún no la ha sacado, el equipo perjudicado podrá sacar la falta rápidamente, sin esperar a que el árbitro sancione. Ahora bien, si estuviera ya intentado sacar la tarjeta, entonces no podrá sacarse con presteza. Y un detalle interesante es que si el árbitro fuera a sacar una roja, pero se saca rápido, obteniendo una ventaja por lo tanto, al finalizar la jugada, solo sacará una amarilla. Con eso, se pretende dar velocidad al juego pero no entiendo que si una falta es de roja, se le reduzca a amarilla por que el equipo sacó rápido. Aquí los entrenadores y los jugadores deberán ser cautos y parar para que el jugador adversario sea expulsado, una ventaja mayor que la de sacar con velocidad. Va a haber líos sin duda alguna.

La sexta modificación es sobre los penaltis, donde el guardameta no podrá sino tener al menos un pie sobre la línea de portería (o si salta, sobre ella) y no podrá estar ni delante ni detrás de la misma. Y aquí no hay VAR sino que será el juez del partido quien decida solo.

Y, para finalizar, tres cambios más pequeños: el jugador sustituido deberá salir desde el lugar más cercano y no desde el centro del campo y quien no lo haga tendrá tarjeta amarilla; quien se quita la camiseta será sancionado con amarilla también aunque el gol marcado sea anulado€

En definitiva, algunos cambios normales y otros que van a traer cola, por lo que las discusiones se mantienen, que es también parte de la salsa del fútbol.

Y me despido hasta septiembre, recomendando un libro de nuestro deporte, de Rafa Cabeleira, «Alienación indebida» (ojo el título no está equivocado), otra mirada sobre el fútbol para entretenernos este agosto. Hasta la vuelta.