Algo de razón tiene Don Pablo al decir a Don Pedro que ellos le llevaron a Moncloa, y, desde luego, en la campaña electoral fueron de la mano. Esto es lo que hay. Tampoco debería haber diferencias insalvables en tres objetivos centrales para una legislatura: a) ir cerrando la brecha social abierta por la crisis sin poner en juego la estabilidad y el crecimiento, sin los que no hay empleo; b) liderar en España y Europa una respuesta efectiva y equilibrada al gran reto del cambio climático; y c) ir restañando la herida catalana, abriendo nuevos espacios de colaboración sin poner en peligro la integridad de España. Un juego sin duda complicado pero sin riesgo de desmadre, pues la UE controla los equilibrios, los otros socios externos (como el PNV) evitaran pasar la raya y el temor a que todo acabe como el rosario de la aurora, en un marco de regreso de la crisis, atemperará aventuras.