Cada palabra, cada frase, cada párrafo, cada lección, mueca o gesto suyo guardémoslo como auténtico oro en paño para que dentro de un futuro no muy lejano, cuando el mundo del fútbol haya perdido ya totalmente su esencia y necesitemos entonces volver a sentir aquella sensación de olor a fútbol añejo, aquellos que tanto lo amamos con pasión, podamos recrearnos con sus teorías y enseñanzas para jamás olvidar que un día, el último romántico del fútbol hizo todo lo posible por mantener viva la esperanza de aquel deporte que tanto nos cautivó.

Cada conversación con él es como hablar por primera vez con el amor de tu vida. Esa sensación inexplicable de sentir un cosquilleo interior que te lleva a alcanzar la felicidad plena sin saber ni el cómo ni el porqué, pero al fin y al cabo saber que has hallado el complemento perfecto con el que compartir el resto de tu vida. Así te hace sentir cada vez que habla del noble y verdadero arte del balompié, aquel que un día tanto nos sedujo y que a día de hoy se encuentra muy al borde del abismo.

Él es Juan Manuel Lillo, el «profe Lillo»-como así le llaman muchos de los que trabajaron a sus órdenes alabando su figura hasta su grado máximo-;Higuita:»El maestro Lillo está adelantado 10 ó 20 años en el fútbol». Sebastián Abreu: «En los equipos en los que compartí con Juanma Lillo fui el hombre más feliz de la vida. Con Lillo cada día encontraba algo nuevo, crecía como futbolista y me ayudaba mucho para el rendimiento. En Dorados y Real Sociedad junto a Juanma fui feliz». Xabi Prieto: «El mejor entrenador que he tenido ha sido Lillo». Son algunos de los claros ejemplos que nos hacen ver la magnitud del personaje en concreto, especialmente en Sudamérica que tanto le veneran, porque allí, donde aún existe un pequeño halo de esperanza, el fútbol sigue siendo del pueblo que es de quien jamás hubo de ser robado.

Como todos los genios, Lillo es un tipo diferente,capaz de llegar a la élite por la puerta grande cuando con apenas 26 años logró llevar al Salamanca de Segunda B a Primera División en un abrir y cerrar de ojos. Cultural Leonesa, Oviedo, Tenerife, Zaragoza, Real Sociedad, Almería, Millonarios, Atlético Nacional y más recientemente el Vissel Kobe de Andrés Iniesta, han sido los equipos que han tenido la oportunidad de crecer con su sabiduría.

Cuando le preguntas que personas han sido las más influyentes en su vida deportiva el tolosarra no nos deriva a figuras de gran renombre, sino que al igual que como él es en su día a día donde la sencillez es su común denominador, nos remite a Demetrio Terradillos quien le diese el empujón definitivo para ser entrenador y a Mikel Etxarri de quien dice no haber conocido a nadie que reflexione sobre fútbol como él.

Rodeado de miles y miles de viejos libros con ese olor tan especial a «añejo» que desprenden -hasta superar la cifra de 30.000 si tenemos en cuenta las revistas y prensa deportiva-, pasa largas horas en su particular búnker donde solo los más privilegiados tiene acceso a sentarse junto a él para que al sabor de un buen mate, departir durante horas y horas sobre aquel deporte que tan felices nos hizo.

Todos señalan a Cruyff, Valdano, Luis Aragonés o Guardiola como los grandes creadores del tiki-taka, pero lo que no saben es que allá por los comienzos de los años noventa del siglo pasado, un jovenzuelo descarado con apenas cinco lustros a sus espaldas, daba rienda suelta a su ideología balompédica del juego al primer toque y posesión de balón que le llevaría a recorrer un sinfín de banquillos de equipos punteros dentro del fútbol español y mundial -siempre con el recuerdo del gran Jimmy Hogan de fondo- para dejar sus enseñanzas con la única finalidad, lejos de trofeos y medallas, de mejorar las cualidades de sus equipos y jugadores.

Wall Street Journal: «Aunque se atribuye a Cruyff mucho del mérito de la transformación del enfoque de España, su reciente éxito se debe por igual al menos conocido entrenador Juanma Lillo, quien ideó la estructura táctica que ha sido la base para los triunfos de la Roja. Lillo es una especie de gurú del fútbol español».

Pep Guardiola:»Es mi maestro, ha sido vital en mi formación, me enseñó a entender el juego. Lillo va siempre un paso por delante». Jorge Valdano: «El entrenador con el que más me identifico se llama Juan Manuel Lillo».... Así definen los que más saben de esto al gran Maestro de la historia del fútbol español, que pudo ser entrenador del FC Barcelona en 2002 y también del Real Madrid de la mano de Valdano. Pero los grandes genios de los banquillos no dejan de serlo por el simple hecho de no haber vestido de blanco o azulgrana.

Los mayores éxitos al frente del Qingdao Huanghai FC de China de parte de aquellos que tanto amamos tu forma de ver el fútbol en esta nueva aventura, querido «Profe».