Protestar funciona. Una buena parte de los vecinos de La Unión, Cruz de Humilladero y calles adyacentes no querían la zona azul, el Sare, la han liado y han conseguido que el Ayuntamiento ceda. Que el alcalde De la Torre recule. Sencillamente, no toleran, zona de clase trabajadora, que haya que pagar por aparcar en la calle.

Que sí, que los residentes tendrían precio simbólico, uno, dos o tres euros al mes, pero que no, que ni simbólico ni simbólica ni leches, que tres euros son tres cafés o lo que sea. El alcalde no ha ido a dialogar con los vecinos. Los vecinos han salido a la calle, han exhibido pancartas, han pintado la zona azul de blanco y ni Sare ni Saro ni el Cristo que lo fundó. Hay que sacar enseñanza respecto al Consistorio malacitano: liándola parda se consiguen cosas.

El Ayuntamiento creyó que iba a encontrar la docilidad de otras zonas. No. Barricada y jaleo. El Sare tiene sus ventajas, según en qué zonas. Puede beneficiar la rotación y a los comercios es cierto, pero la Unión ha hecho la fuerza y el «no es no» ha funcionado. El Ayuntamiento, para no publicitar demasiado su derrota, informó en una nota dominical y nocturna de que se suspendía la puesta en marcha de las pruebas para instaurar la zona azul en La Unión. Y de que iban a ser «solo pruebas». Hay qué risa, María Luisa. Nadie se cree que después de pintar la zona de azul y poner los parquímetros y empezar a cobrar se iba luego a dar marcha atrás. No ha colado.

Al alcalde no le ha servido para camelarse a algunas de las asociaciones de vecinos de la zona ni las artes diplomáticas de alguna concejala a la que siempre se le atribuye un gran poder e influencia en esa zona. No esta vez. En agosto (¡agosto!) de 2016 ya intentó el Ayuntamiento, no fue la única vez, establecer el Sare allí. Tampoco pudo ser. Lo que sí podría ser para esa zona son más zonas verdes, más y mejores carriles bici, más equipamientos y también mejor y más frecuente limpieza de calles, que zona azul no habrá, pero zonas grises por el nulo baldeo sí que hay unas cuantas. No estaría mal tampoco que los aparcamientos municipales fueran una mijita más baratos. Parece que los munícipes van a tener que aparecer en La Unión (dejando pasar un tiempo prudencial, no ahora, que los pueden correr a gorrazos) para algo más que para hablar del Sare o pedir el voto.