Stephen es un personaje de la película Django desencadenado dirigida por Quentin Tarantino, uno de los esclavos negros de la plantación del terrateniente Calvin Candie y que reconvierte en su mayordomo. El personaje de Stephen ignora que es un esclavo y asimila la conducta supremacista de su ‘dueño’, e incluso la supera, en un fenómeno social frecuente que encontraremos entre tantos ‘dominados’.

En estos momentos existen muchos Stephens en España, sobre todo dentro de la política, y más concretamente dentro de los partidos secesionistas. De esta manera, estos Stephens son marcados como mayordomos por la ‘elite catalana secesionista’ ofreciéndoles puestos de trabajo en instituciones públicas españolas y a los que, de manera despreciativa llaman charnegos en Cataluña o maquetos en País Vasco, magníficos alter ego del Stephen de la película de Tarantino.

Muchos comentan que la abundancia de apellidos como Fernández, García, Ruiz, Martínez, López, Sánchez, Rodríguez, Pérez o González existentes en dichos territorios, parece asegurar la unidad de España, pero la realidad me temo es otra. El meditado y adecuadamente planificado adoctrinamiento en las aulas en esos territorios, hace germinar constantemente nuevos Stephens que harán el trabajo sucio a sus clases dominantes.

Por ejemplo, Gabriel Rufián que cuenta con hondas raíces andaluzas al ser sus padres y abuelos, unos de los cerca del millón de emigrantes andaluces a Cataluña entre 1950 y 1960, es nombrado por su partido secesionista candidato al Congreso de Diputados en 2016. Elegido como diputado comprobamos como declara que en el año anterior había percibido 7.159 euros para seguidamente pasar a cobrar más de 85.000 euros como representante de un partido político que proclama el secesionismo, salario procedente en su totalidad de los fondos públicos del Estado español del que no quiere formar parte. Al igual que Rufián, encontramos casos similares de ‘bien pagaos’ catalanes con orígenes en otras regiones españolas como Miguel Lupiañez, anterior alcalde de Blanes, que dijo aquello de que la diferencia entre Cataluña y el resto de España era como la de Dinamarca con el Magreb, Antonio Baños o David Fernández ambos de la CUP, Anna Gabriel o Jordi Sánchez, hoy procesado por sedición.

Habría que conocer las causas que han hecho cambiar a más del 91% de catalanes que aprobaron por referéndum la Constitución en 1978, y encontremos hoy que una parte de la violenten con sus pretensiones secesionistas, dividiendo en dos a la población catalana y creando graves tensiones con el resto de españoles. Cualquiera pensaría que el proceso descentralizador ha empobrecido a los catalanes o ha restado autogobierno en Cataluña, pero los datos son obstinadamente contrarios, y desde 1979 el proceso descentralizador hacia Cataluña, sin parangón en el resto del mundo, ha hecho subir la renta per cápita y el gasto público en manos de instituciones catalanas, muy por encima de otras comunidades autónomas.

Por todo ello habría que preguntarse qué ha pasado para que ahora se produzcan acontecimientos como los vividos últimamente en dicho territorio, y es en el ‘adoctrinamiento’, premeditado y programado para crear futuros fanáticos que no piensen ni razonen, donde encuentro una de las respuestas. En estos días el sindicato catalán de profesores ‘Acció per a la Millora de l’Ensenyament Secundari’, denuncia «planteamientos ideológicos partidistas y tendenciosos» en los libros de Ciencias Sociales de Primaria que se distribuyen en Cataluña, convirtiendo las aulas en verdaderas factorías de separatistas supremacistas que votarán una vez cumplida la edad requerida para ello, de manera similar a lo que hacen los talibanes en sus madrasas.

Y el detonante para que este fanatismo secesionista estalle en estos momentos habría que situarlo en la presión de los tribunales de justicia sobre la ‘elite política catalana’. Hoy Suiza acaba de informar a España que ha descubierto otros 18 millones euros ocultos de los Pujol y el instructor del caso señala que «la familia Pujol Ferrusola ha aprovechado su posición privilegiada de ascendencia en la vida política, social y económica catalana para acumular a lo largo de los años un patrimonio desmedido por sus miembros, directamente relacionado con percepciones económicas fruto de conductas corruptas». Se ha molestado a la clase dominante catalana y esta se ha rebelado contra el Estado.

No nos extrañe por tanto la existencia de ‘rufianes’ a las órdenes de sus amos en esa especie de ‘mayordomía secesionista’, bien retribuidos por los españoles a través de instituciones a las que atacan, y a las que se les permite acceder con un simple ‘por imperativo legal’, en una falsa y débil democracia que permite que el enemigo viva en su seno. La cobardía de no dar una solución al tema de la Educación en España será probablemente una de las causas de poder encontrarnos, dentro de unos años, en situaciones similares a la que ya hemos vivido, en la que el «sentido trágico de la vida» lo construimos en base a una historia sistemáticamente deformada, como decía Valle Inclán en Luces de Bohemia. La preocupación de la Unión Europea a este asunto es importante al igual que sus claras declaraciones contra el proceso secesionista nacido del adoctrinamiento en las aulas.

*Juan Manuel Ruiz Galdón es economista